> SoydelaVirgen : junio 2020

--------------------------------------------- San Martin de Tours y La Virgen de los Buenos Aires / La Inmaculada Concepción y San Ponciano | Patronos de la Ciudad de Buenos Aires / Patronos de la Ciudad de La Plata -----------------------

Último día del Mes del Sagrado Corazón de Jesús - Consagración



Señor Jesucristo, Redentor del mundo, Amigo de los sencillos y de los pecadores, que en la Cruz te has dejado traspasar tu Corazón Sagrado para salvarnos del pecado y darnos la abundancia de la gracia divina. Mira compasivo nuestra debilidad, y ten piedad. Libéranos del pecado y del mal, condúcenos a la auténtica paz. 

Tú que nos invitas a seguirte y a amarte como discípulos, porque así encontraremos el descanso y la felicidad que tanto deseamos, no nos sueltes nunca de tu mano. Hoy consagramos humildemente a tu Corazón nuestras vidas y nuestras familias, y encomendamos a tu misericordia todas las familias del mundo. 

Porque queremos vivir siempre con la confianza puesta sólo en Vos, que eres el Amor infinito, y porque te queremos servir de todo corazón a Vos y a nuestros hermanos por amor a Vos. Señor, que todos podamos encontrar en Vos el Amigo verdadero y el Maestro bondadoso y humilde, y que en tu Corazón Sagrado aprendamos el amor generoso y sacrificado hacia todos. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús
En Vos Confío

30 de Junio: Memoria Litúrgica de los Santos Primeros Mártires de la Iglesia de Roma



“A estos hombres (Pedro y Pablo), maestros de una vida santa, vino a agregarse una gran multitud de elegidos que, habiendo sufrido muchos suplicios y tormentos también por emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico ejemplo”, señalaba en una carta a los Corintios el Papa San Clemente I.

Con el anuncio de la Buena Nueva de los Apóstoles, el número de fieles fue cada vez más en aumento. Sin embargo, el Senado romano rechazó esta nueva religión que era contraria a las tradiciones de Roma y la declaró ilícita hacia el año 35 d.C.

Más adelante, Nerón para librarse de la acusación de haber incendiado Roma, culpó a los cristianos, acusándolos de ser una religión maléfica que practicaba el canibalismo, al no entender el sentido de la Eucaristía, y difamándolos como incestuosos, por la costumbre que tenían de llamarse hermanos y darse el beso de la paz.

Fue así que se desencadenó una serie de persecuciones en la que miles de cristianos dieron su vida por proclamar y creer en el verdadero amor de Dios que Jesucristo enseñó.

El martirologio jeronimiano es el primero en conmemorar el martirio de más de 900 personas en tiempos de Nerón con fecha 29 de junio, el mismo día de San Pedro y San Pablo.

Mientras que se le atribuye a San Pío V la primera mención en el Martirologio Romano de estos protomártires con fecha 24 de junio. En la actualidad, la Iglesia los conmemora cada 30 de junio.

Día del Papa




Les pido un favor: que ustedes recen para 
que el Señor me bendiga: es la oración 
del pueblo, pidiendo la Bendición para su 
Obispo, la oración de ustedes por mí... 
PAPA FRANCISCO

Cuida Jesús a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco,
ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de toda maldad. 
Concédenos que junto a él, la Iglesia Católica se conserve unida, firme en la fe y en el amor, y sea así casa de Dios en el mundo entero. Amén. 

Virgen Santa de Luján protege al Papa con tu manto maternal. Amén.

Santa Misa por el Santo Padre: 

Antífona de entrada Mt 16, 18-19
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del reino de los cielos.

Oración colecta
Dios nuestro, que en tu providencia
edificaste tu Iglesia sobre el fundamento de Pedro
y lo pusiste al frente de los demás apóstoles,
mira con bondad a nuestro Papa N.,
a quien has constituido sucesor de Pedro,
y concede que sea, para tu pueblo,
principio y fundamento visible de la unidad de la fe y de la comunión.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. 

Oración sobre las ofrendas
Recibe con bondad nuestras ofrendas, Señor,
y protege siempre a tu Iglesia,
junto con el Papa N., a quien tú elegiste como su pastor.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

Antífona de comunión     Cf. Jn 21, 15.17
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.

Oración después de la comunión
Dios y Padre nuestro, después de participar de la mesa celestial, por la eficacia de este misterio,
te suplicamos que confirmes a tu Iglesia en la unidad y en la caridad y protejas siempre a tu servidor, el Papa N.,
junto con el rebaño que le has confiado.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

29 de Junio: Solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles



Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.  

Pedro, el amigo frágil y apasionado de Jesús, es el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” ( Mt 16,16). Aceptó con humildad su misión hasta el final, hasta su muerte como mártir. Su tumba en la Basílica de San Pedro en el Vaticano es meta de millones de peregrinos que llegan de todo el mundo.

Pablo, el perseguidor de Cristianos que se convirtió en Apóstol de los gentiles, es un modelo de ardoroso eevangelizador para todos los católicos porque después de encontrarse con Jesús en su camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio.


Tan atrás como en el siglo cuarto se celebraba una fiesta en memoria de los Santos Pedro y Pablo en el mismo día, aunque el día no era el mismo en Oriente que en Roma. El Martirologio Sirio de fines del siglo cuarto, que es un extracto de un catálogo Griego de santos del Asia Menor, indica las siguientes fiestas en conexión con la Navidad (25 de diciembre): 26 dic. San Estéban; 27 dic. Santos Santiago y Juan; 28 dic. Santos Pedro y Pablo.

La fiesta principal de los Santos Pedro y Pablo se mantuvo en Roma el 29 de junio tan atrás como en el tercero o cuarto siglo. La lista de fiestas de mártires en el Cronógrafo de Filócalo coloca esta nota en la fecha - "III. Kal. Jul. Petri in Catacumbas et Pauli Ostiense Tusco et Basso Cose." (el año 258) . El "Martyrologium Hieronyminanum" tiene, en el Berne MS., la siguiente nota para el 29 de junio: "Romae via Aurelia natale sanctorum Apostolorum Petri et Pauli, Petri in Vaticano, Pauli in via Ostiensi, utrumque in catacumbas, passi sub Nerone, Basso et Tusco consulibus" (ed. de Rossi-Duchesne, 84).

La fecha 258 en las notas revela que a parir de ese año se celebraba la memoria de los dos Apóstoles el 29 de junio en la Vía Apia ad Catacumbas (cerca de San Sebastiano fuori le mura), pues en esta fecha los restos de los Apóstoles fueron trasladado allí (ver arriba). Más tarde, quizá al construirse la iglesia sobre las tumbas en el Vaticano y en la Vía Ostiensis, los restos fueron restituidos a su anterior lugar de descanso: los de Pedro a la Basílica Vaticana y los de Pablo la iglesia en la Vía Ostiensis.

En el sitio Ad Catacumbas se construyó, tan atrás como en el siglo cuarto, una iglesia en honor de los dos Apóstoles. Desde el año 258 se guardó su fiesta principal el 29 de junio, fecha en la que desde tiempos antiguos se celebraba el Servicio Divino solemne en las tres iglesias arriba mencionadas (Duchesne, "Origines du culte chretien", 5ta ed., París, 1909, 271 sqq., 283 sqq.; Urbano, "Ein Martyrologium der christl. Gemeinde zu Rom an Anfang des 5. Jahrh.", Leipzig, 1901, 169 sqq.; Kellner, "Heortologie", 3ra ed., Freiburg, 1911, 210 sqq.). La leyenda procuró explicar que los Apóstoles ocupasen temporalmente el sepulcro Ad Catacumbas mediante la suposición que, enseguida de la muerte de ellos los Cristianos del Oriente deseaban robarse sus restos y llevarlos al Este. Toda esta historia es evidentemente producto de la leyenda popular.

Una tercera festividad de los Apóstoles tiene lugar el 1 de agosto: la fiesta de las Cadenas de San Pedro. Esta fiesta era originariamente la de dedicación de la iglesia del Apóstol, erigida en la Colina Esquilina en el siglo cuarto. Un sacerdote titular de la iglesia, Filipo, fue delegado papal al Concilio de Éfeso en el año 431. La iglesia fue reconstruida por Sixto II (432) a costa de la familia imperial Bizantina. La consagración solemne pudo haber sido el 1 de agosto, o este fue el día de la dedicación de la anterior iglesia. Quizá este día fue elegido para sustituir las fiestas paganas que se realizaban el 1 de agosto. En esta iglesia, aún en pié (S. Pietro en Vincoli), probablemente se preservaron desde el siglo cuarto las cadenas de San Pedro que eran muy grandemente veneradas, siendo considerados como reliquias apreciadas los pequeños trozos de su metal.

De tal modo, la iglesia desde muy antiguo recibió el nombre in Vinculis, convirtiéndose la fiesta del 1 de agosto en fiesta de las cadenas de San Pedro (Duchesne, op. cit., 286 sqq.; Kellner, loc. cit., 216 sqq.). El recuerdo de ambos Pedro y Pablo fue más tarde relacionado con dos lugares de la antigua Roma: la Vía Sacra, en las afueras del Foro, adonde se decía que fue arrojado al suelo el mago Simón ante la oración de Pedro y la cárcel Tullianum, o Carcer Mamertinus, adonde se supone que fueron mantenidos los Apóstoles hasta su ejecución.

También en ambos lugares se erigieron santuarios de los Apóstoles y el de la cárcel Mamertina aún permanece en casi su estado original desde la temprana época Romana. Estas conmemoraciones locales de los Apóstoles están basadas en leyendas y no hay celebraciones especiales en las dos iglesias. Sin embargo, no es imposible que Pedro y Pablo hayan sido confinados en la prisión principal de Roma en el fuerte del Capitolio, de la cual queda como un resto la actual Carcer Mamertinus.

Domingo 13° Per Annum y Reflexión del Evangelio

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Mateo     10, 37-42

    Dijo Jesús a sus apóstoles:
    El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
    El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
    El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
    El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que me envió.
    El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
    Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».



Reflexión del Evangelio: 

Queridos hermanos: 
    
         En el Evangelio de este Domingo Jesús nos dice: "el que quiere a su padre o a su madre más que a mi no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí". 

   Con esto, el Señor no nos prohibe amar a nuestros seres queridos, por el contrario, nos manda amarlos. Pero Jesús nos enseña que el amor que le debemos a nuestros familiares y amigos no puede ser mayor que el amor que le debemos a Él. Dios es el primero que debe ser amado, de tal manera que sería un desorden amar al padre o a la madre o al hijo o a la hija más que a Dios. Cuando el Señor es amado por sobre todas las cosas, entonces todos nuestros amores se van ordenando, y no se ama menos, sino que se ama más, mucho más, a los familiares y amigos, porque el corazón de quien realmente ama a Dios por sobre todas las cosas no es un corazón frío e indiferente para con el prójimo, sobre todo para con los parientes, sino un corazón que ama con un amor más verdadero, libre y profundo. Santa Teresa de los Andes decía que "en Dios nuestros afectos se purifican y hasta se divinizan". 
 
   En este contexto es que se puede entender la actitud de san Francisco de Asís cuando abandona a su padre, un rico mercader, y le devuelve lo que le correspondía en herencia diciéndole: "Hasta ahora tú has sido mi padre en la tierra. Pero en adelante podré decir: Padre nuestro, que estás en los cielos..." ¿Es que san Francisco despreciaba a su padre? Ciertamente no. Su reacción tan radical puede desconcertarnos, pero se entiende a la luz del Evangelio que estamos meditando... 

   Pidamos a la Santísima Virgen María, Madre del Amor Hermoso, que Ella nos alcance la gracia de amar a Dios por sobre todas las cosas y desde ese amor, amar a nuestros seres queridos en libertad y verdad. 

Amén. 
Reflexión del P. Rodrigo A. Adet 
Vicario de la Iglesia Catedral de La Plata 

Evangelios de la Solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles

Santa Misa Vespertina de la Vigilia:


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Juan     21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?»
El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»
Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» El le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.»
Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras.»
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme.».

Santa Misa del Día: 

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Mateo     16, 13-19

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.»
«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?»
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»

28 de Junio: Memoria Litúrgica de san Ireneo, Obispo y mártir



Probablemente nació por el año 125, por alguna provincia de Asia Menor.Recibió una educación muy esmerada, ya que tenía profundos conocimientos de las Sagradas Escrituras, la literatura y la filosofía. Tuvo el privilegio de estar entre algunas personas que habían conocido a los Apóstoles y a sus primeros discípulos. Entre éstos figura San Policarpo, quien ejerció una gran influencia en su vida.
 
Entre los puertos de Asia Menor y Marsella existían grandes relaciones comerciales, en estos viajes llegaban los sacerdotes y misioneros que portban el evangelio a los galos paganos y fundaron la iglesia local. A esta iglesia llegó San Irineo para servir como sacerdote, y ahí se quedó hasta su muerte.
 
Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar prominentemente entre los Padres de la Iglesia, ya que sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos, defendiendo así la fe católica de las insidiosas doctrinas de aquellos herejes.
 
En el año 177 se le envió a Roma con una delicadísima misión. En época de la persecución de Marco Aurelio, enviaron al Papa Eleuterio, por conducto de Ireneo, "la más piadosa y ortodoxa de las cartas", con una apelación al Pontífice para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia. Asimismo, recomendaban al portador de la misiva, como a un sacerdote "animado por un celo vehemente para dar testimonio de Cristo". Tan pronto regresó a Lyon, ocupó la sede episcopal que había dejado vacante San Potino.
 
Escribió un tratado de cinco libros, en cuya primera parte expuso las doctrinas internas de las diversas sectas para contraponerlas después a las enseñanzas de los Apóstoles y los textos de las Sagradas Escrituras. En su método de combate, Ireneo expone la teoría "enemiga", la desarrolla hasta llegar a su conclusión lógica y, por medio de una eficaz reductio ad absurdum, procede a demostrar su falsedad. Ireneo estaba firmemente convencido que de que gran parte del atractivo del gnosticismo, se hallaba en el velo de misterio con que gustaba de envolverse. San Ireneo se preocupa más por convertir que por confundir, por lo tanto escribe con estudiada moderación y cortesía. Gracias a sus escritos, los gnósticos dejaron de constituir una amenaza para la Iglesia y la fe católicas.
 
El tratado contra los gnósticos ha llegado hasta nosotros completo en su versión latina y, en fechas posteriores, se descubrió la existencia de otro escrito suyo: la exposición de la predicación apostólica, traducida al armenio.
 
Se desconoce el año de su muerte. De acuerdo con una tradición posterior, se afirma que fue martirizado. Los restos mortales de San Ireneo, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta, bajo el altar de la que entonces se llamaba Iglesia de San Juan, pero más adelante se llamó de San Ireneo. Esta tumba o santuario fue destruída por los calvinistas en 1562 y , al parecer, desaparecieron los últimos vestigios de sus reliquias.
 
Otros Santos: Benigno, Gerón, Zacarías, obispos; Plutarco, Sereno, Heráclies, Herón, Papio, Eraida, Basílides, Potamiena, Marcela, mártires; Paulo I, papa; Vicenta, Gerosa, vírgenes; León, Sergio, confesores; Argimiro, monje.

Oración a san Ireneo 


Señor, Dios nuestro, que otorgaste a tu obispo san Ireneo la gracia de mantener incólume la doctrina y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, renovarnos en fe y en caridad y trabajar sin descanso por la concordia y la unidad entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 

Encomio a la Santa Madre de Dios



Dios te salve, María, Madre de Dios,
tesoro veneradísimo de todo el orbe,
antorcha inextinguible, corona de virginidad,
cetro de recta doctrina,
templo indestructible,
habitación de Aquél que es inabarcable,
Virgen y Madre, por quien nos ha sido dado
Aquél que es llamado bendito por excelencia,
y que ha venido en nombre del Padre.
 
Salve a ti, que en tu santo y 
virginal seno has encerrado 
al Inmenso e Incomprehensible.
 
Por quien la Santísima Trinidad es 
adorada y glorificada,
y la preciosa Cruz se venera y 
festeja en toda la tierra.
Por quien exulta el Cielo, 
se alegran los ángeles y
arcángeles, huyen los demonios.
Por quien el tentador fue arrojado del Cielo y
la criatura caída es llevada al Paraíso.
Por quien todos los hombres, aprisionados por el engaño de los
ídolos, llegan al conocimiento de la verdad. 
Por quien el santo Bautismo es regalado a los creyentes,
se obtiene el óleo de la alegría, es fundada la Iglesia en todo el mundo,
y las gentes son movidas a penitencia.
 
¿Y qué más puedo decir?
 
Por quien el Unigénito Hijo de Dios brilló como Luz
sobre los que yacían en las tinieblas y sombras de la muerte.
Por quien los Profetas preanunciaron las cosas futuras.
Por quien los Apóstoles predicaron la salvación a los gentiles.
Por quien los muertos resucitan y los reyes reinan, por la Santísima Trinidad.
 
¿Quién de entre los hombres será capaz de alabar como se
merece a María, que es digna de toda alabanza? Es Virgen 
Madre, ¡oh cosa maravillosa! Este milagro me llena de estupor.
 
¿Quién ha oído decir que al constructor de un templo se le prohíba habitar en él?
¿Quién podrá ser tachado de ignominia
por el hecho de que tome a su propia Esclava por Madre?
Así, pues, todo el mundo se alegra (...);
 
También nosotros hemos de adorar y respetar la unión del Verbo con la carne,
temer y dar culto a la Santa Trinidad, celebrar con nuestros
himnos a María, siempre Virgen, templo santo de Dios, y a su
Hijo, el Esposo de la Iglesia, Jesucristo Nuestro Señor.
A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

27 de Junio: Memoria Litúrgica de san Cirilo de Alejandría, Obispo y doctor de la Iglesia



Su autoridad sirvió santamente los designios de Dios. San Cirilo es famoso por su defensa de la ortodoxia contra la herejía, particularmente contra el nestorianismo.

 El nombre de Cirilo, obispo de Alejandría (370-444) aparece particularmente asociado a Concilio de Éfeso que presidió y donde hizo condenar a Nestorio, que negaba a María el título de "theotokos" (Madre de Dios).
    Cirilo no fue un hombre fácil, pero en el recuerdo de la posteridad permanece como el "invencible defensor" y el lleno de lirismo cantor de la maternidad divina de María.

Su autoridad sirvió santamente los designios de Dios. San Cirilo es famoso por su defensa de la ortodoxia contra la herejía, particularmente contra el nestorianismo.

Arzobispo de Alejandría (Egipto). Defensor de la doctrina que proclama a María la Theotokos: Madre de Dios. Esta doctrina fue proclamada como dogma en el Concilio de Efeso (431) que San Cirilo presidió bajo la autoridad el Papa Celestino. Su gran oponente era Nestóreo, patriarca de Constantinopla.

Al ponerse en duda que María es madre de Dios se ponía en duda la identidad de Jesucristo quien es una persona divina. Por eso San Cirilo no solo aportó a la Mariología sino también a la Cristología.

El argumento de San Cirilo: María es la Theotokos, no porque ella existiese antes de Dios o hubiese creado a Dios. Dios es eterno y María Santísima es una criatura de Dios. Pero Dios quiso nacer de mujer. La persona que nace de María es divina por lo tanto ella es madre de Dios.

Su santa defensa de la verdad le ganó la cárcel y muchas luchas pero salió victorioso.

Oración a san Cirilo de Alejandría 

Señor, tú que hiciste de tu obispo san Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Devoción a las Almas del Purgatorio



Súplicas a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en alivio de las almas del Purgatorio.

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Tan grande es tu bondad, que no puedes descubrir miserias sin compadecerte. Mira, te suplicamos, con caritativos ojos las afligidas almas que sufren en el purgatorio, sin poderse procurar alivio alguno en sus tremendas penas, y muévete a compasión. Por tu piedad y por el amor que tienes a Jesús, te pedimos mitigues sus sufrimientos, y les procures eterno descanso. Pero ¡ah! ¡Cuán dolorosa debe  ser para tu maternal corazón la conducta de innumerables cristianos, que dejan en el olvido a las pobres almas del purgatorio! ¡Esperan nuestros sufragios y apenas hay quien se acuerde de ellas! ¡O María! dígnate inspirar a todos los fieles una tierna y viva compasión por nuestros hermanos difuntos; comunícales un ardiente deseo de ofrecer por ellas obras satisfactorias, y ganar, en su favor, cuantas indulgencias les sean aplicables, a fin de que pronto vayan a gozar de Dios. Oye ahora las súplicas que por ellas te hacemos:

Para que salgan de aquella tenebrosa cárcel, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Para que Dios les perdone la pena de sus pecados,
Para que se abrevie el tiempo de sus sufrimientos,
Para que se apaguen sus llamas abrasadoras,
Para que un rayo de luz celestial ilumine sus horrendas tinieblas,
Para que alcancen alivio en sus penas y amargas angustias,
Para que su tristeza se cambie en perpetua alegría, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Para que se mitigue su ardiente sed de los bienes eternos,
Para que se llenen pronto sus deseos vivísimos de entrar en la gloria.

Por las almas de nuestros padres e hijos, 
Por las almas de nuestros parientes,
Por las almas de nuestros amigos, 
Por las almas de nuestros bienhechores, 
Por las almas que sufren en aquellas llamas por culpa nuestra,
Por las almas de aquellos, que en su vida nos hicieron sufrir,
Por las almas más desamparadas,
Por las almas que sufren mayores tormentos,
Por las almas que están más cerca de entrar en el cielo,
Por las almas que durante su vida te han amado más a ti y a tu divino Hijo, 
Por las almas de aquellos que sufren hace más tiempo,
Por todas las benditas almas del purgatorio,
Por tu inefable misericordia,
Por tu inmenso poder, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad, (*)
Por tu maternal bondad, 
Por tu incomparable maternidad, 
Por tus preciosas lágrimas,
Por tus acerbos dolores, 
Por tu santa muerte,
Por las cinco llagas de tu amado Hijo,
Por su dolorosísima muerte en el árbol de la Cruz,

Para que se apliquen con abundancia a los difuntos las súplicas de los vivos,
Para que la gloriosa legión de los santos las socorra sin cesar, 
Para que los nueve coros de los ángeles las reciban con regocijo,
Para que tus ojos maternales les echen una mirada de compasión,
Para que las haga felices la vista de tu divino Hijo, Para que por la contemplación de la Santísima Trinidad sean bienaventuradas,
Para que se haga cada día más fervorosa nuestra devoción a las almas,
Para que se ofrezcan siempre más y más oraciones, indulgencias y obras satisfactorias por ellas,
Para que nosotros recibamos el premio eterno de nuestra devoción a las almas, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Para que las almas, que hayamos librado del purgatorio, hagan un día lo mismo con nosotros, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.

Oración. ¡Oh Madre compasiva del Perpetuo Socorro!, mira te ruego, a esas afligidas almas que la justicia de Dios tiene sumergidas en las llamas del purgatorio. Ellos son caros objetos del amor de tu divino Hijo; ellas lo han amado durante su vida, y al presente se abrasan en deseos de verle y poseerle; pero no pueden romper sus cadenas por sí mismas, ni salir del fuego terrible que las devora. ¡Conmueva tu tierno corazón la vista de su dolor!  Dígnate consolar a esas almas que te aman y suspiran sin cesar por Ti; son hijas tuyas, muestra que eres para ellas Madre del Perpetuo Socorro. Visítalas, mitiga sus penas, abrevia sus sufrimientos, y apresúrate a librarlas alcanzando de tu divino Hijo les aplique los méritos infinitos del santo sacrificio que por ellas se celebra. Amén.

Un Credo por los devotos.

27 de Junio: Festividad de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro



El 27 de junio se celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de los Padres Redentoristas y cuyo icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso.

Esta imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y que hoy sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella.

Se dice que en el siglo XV un comerciante adinerado del Mar Mediterráneo tenía la pintura del Perpetuo Socorro, aunque se desconoce el cómo llegó a sus manos. Para proteger el cuadro de ser destruido, decidió llevarlo a Italia y en la travesía se desató una terrible tormenta.

El comerciante tomó el cuadro en alto, pidió socorro y el mar se calmó. Estando ya en Roma, él tenía un amigo, a quien le mostró el cuadro y le dijo que un día el mundo entero rendiría homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Después de un tiempo, el mercader enfermó y, antes de morir, le hizo prometer a su amigo que colocaría la pintura en una iglesia ilustre. Sin embargo, la esposa del amigo se encariño con la pintura y este no realizó su promesa.

Nuestra Señora se le apareció al hombre en varias ocasiones pidiéndole cumpliera, pero al no querer disgustar a su mujer, enfermó y murió. Más adelante la Virgen habló con la hija de seis años y le dio el mismo mensaje de que deseaba que el cuadro fuera puesto en una iglesia. La pequeña fue y se lo contó a su madre.

La mamá se asustó y a una vecina que se burló de lo ocurrido le vinieron unos dolores tan fuertes que solo se alivió cuando invocó arrepentida la ayuda de la Virgen y tocó el cuadro. Nuestra Señora se volvió a aparecer a la niña y le dijo que la pintura debía ser puesta en la iglesia de San Mateo, que quedaba entre las Basílicas Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Finalmente, así se hizo y se obraron grandes milagros.

Siglos después, Napoleón destruyó muchas iglesias, entre ellas la de San Mateo, pero un padre agustino logró llevarse secretamente el cuadro y más adelante fue colocado en una capilla agustiniana en Posterula.

Los Redentoristas construyen la Iglesia de San Alfonso sobre las ruinas de la iglesia de San Mateo y en sus investigaciones descubrieron que antes ahí estaba el milagroso cuadro de del Perpetuo Socorro y que lo tenían los Agustinos. Gracias a un sacerdote jesuita conocieron el deseo de la Virgen de ser honrada en ese lugar.

Es así que el superior de los Redentoristas solicitó al Beato Pío IX, quien dispuso que el cuadro fuera devuelto a la Iglesia entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Asimismo, encargó a los Redentoristas que hicieran que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera conocida.

Los Agustinos, una vez que supieron la historia y el deseo del Pontífice, gustosos devolvieron la imagen mariana para complacer a la Virgen.

Hoy en día la devoción a Nuestra Señora del perpetuo Socorro se ha expandido por diversos lugares, construyéndose iglesias y santuarios en su honor. Su retrato es conocido y venerado en todas partes del mundo.



Oración a Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro!, en cuyos brazos el mismo Niño Jesús parece buscar seguro refugio; ya que ese mismo Dios hecho Hijo tuyo como tierna Madre lo estrechas contra tu pecho y sujetas sus manos con tu diestra, no permitas, Señora, que ese mismo Jesús ofendido por nuestras culpas, descargue sobre el mundo el brazo de su irritada justicia; sé tú nuestra poderosa Medianera y Abogada, y detenga tu maternal socorro los castigos que hemos merecido.

En especial, Madre mía, concédeme la gracia que te pido.
Amén.

26 de Junio: Memoria Litúrgica de san Josemaría Escrivá, presbítero



"Dios no te arranca de tu ambiente, no te remueve del mundo, ni de tu estado, ni de tus ambiciones humanas nobles, ni de tu trabajo profesional... pero, ahí, ¡te quiere santo!", decía San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei y conocido como “el santo de lo ordinario”, quien hace 41 años partió al Cielo.

San Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro (España - 1902) en una familia profundamente cristiana. De pequeño tuvo una infancia muy dura. Tres hermanas menores que él murieron siendo niñas, el negocio de su padre quebró y la familia tuvo que mudarse a Logroño.

Cierto día vio en la nieve unas huellas de los pies descalzos de un religioso e intuyó que Dios deseaba algo de él. Poco a poco fue aumentando su inquietud vocacional e ingresó al seminario. Más adelante estudió la carrera civil de derecho en la Universidad de Zaragoza.

Se caracterizaba por tener un carácter generoso y alegre, mientras que su sencillez y serenidad hacían que sea muy querido entre sus compañeros. Tenía mucho esmero en la piedad, la disciplina y el estudio, llegando a ser ejemplo para sus compañeros.

Es ordenado sacerdote el 28 de marzo de 1925. Años posteriores, con permiso de su Obispo, se traslada a Madrid para obtener el doctorado en derecho. El 2 de octubre de 1928, Dios le hace ver lo que quería de él y funda el Opus Dei.

En una ocasión San Josemaría definió al Opus Dei como “una movilización de cristianos que supieran sacrificarse gustosos por los demás, que hicieran divinos los caminos humanos de la tierra, todos, santificando cualquier trabajo noble, cualquier trabajo limpio”.

 En 1933 el Santo promovió una academia universitaria comprendiendo que el mundo de la cultura y la ciencia es un punto importante para la evangelización de toda la sociedad. Al estallar la guerra civil en 1936 se inicia la persecución religiosa y San Josemaría se ve obligado a refugiarse en diversos lugares hasta llegar a Burgos.

Acabada la guerra en 1939, retorna a Madrid y termina sus estudios de doctorado en derecho. Su fama de santidad se fue extendiendo y  dirigió muchos ejercicios espirituales a pedido de muchos obispos y superiores religiosos. En 1946 se traslada a Roma y obtiene de la Santa Sede la aprobación definitiva del Opus Dei.

Poco a poco se le fue encomendando cargos importantes en el Vaticano y sigue con atención el Concilio Vaticano II, relacionándose con muchos padres conciliares. Viajó por diversos países de Europa y América impulsando y consolidando el trabajo apostólico del Opus Dei.

"Allí donde están vuestros hermanos los hombres, allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo", animaba San Josemaría.

Partió a la Casa del Padre el 26 de junio de 1975, a consecuencia de un paro cardíaco y a los pies de un cuadro de la Santísima Virgen de Guadalupe. Fue canonizado por San Juan Pablo II en el 2002.

Oración a san Josemaría Escrivá

Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.

Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido... (pídase). Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

Último Viernes del Mes del Sagrado Corazón de Jesús



En este último viernes de junio, fiesta de los Santos hermanos mártires Juan y Pablo, no dejemos de suplicar al Sagrado Corazón de Jesús, nuestro Redentor, Hermano y Amigo. Estas letanías, más antiguas que las que rezamos todos los días, las escribió el gran Apóstol del Corazón de Jesús San Juan Eudes, el primero en componer un oficio litúrgico para la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

"Te saludamos, Corazón amantísimo de Jesús y de María. Te alabamos, te glorificamos, te damos gracias. Te amamos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas. Te ofrecemos nuestro corazón: recíbelo, poséelo totalmente”. 
San Juan Eudes

Corazón divino de Jesús, Ten piedad de nosotros
Corazón amante y manso
Corazón humilde y misericordioso
Corazón del eterno Padre
Principio del Espíritu Santo
Corazón fiel a la divina Voluntad
Corazón de Jesús, Corazón de la Virgen Madre
Corazón herido por la lanza
Corazón sacerdotal
Fortaleza de los débiles
Refugio de los pecadores
Cordero encendido en el amor por el hombre
Alegría y esperanza de nuestro corazón
Corazón amado de nuestro corazón
Vida y norma de nuestro corazón

De todo pecado Líbranos, Señor
De la soberbia de la vida
De la ceguera del corazón
De la resistencia a la Gracia
Por tu amor infinito al Padre celestial
Por tu amor a María Virgen y Madre
Por tu amor a todos los hombres
Por tus eternos goces

Oremos.
Oh Dios, que por obra de tu amor nos hiciste miembros de tu único Hijo y nos diste tener con El un mismo Corazón, concédenos cumplir con amor tu voluntad, para que, deseando lo que te agrada, podamos ver cumplidos nuestros justos deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

25 de Junio: Fiesta de Nuestra Señora Reina de la Paz de Medjugorje



Durante casi 37 años en Medjugorje, una ciudad de Bosnia-Herzegovina, seis videntes afirman que la Santísima Virgen, la “Gospa”, se les aparece todos los días, desde el 24 de junio de 1981. Vicka Ivankovic, Marija Pavlovic e Ivan Dragicevic aún la ven diariamente, en cambio Ivanka Ivankovic, Mirjana Dragicevic y Jacov Colo, la ven una vez al año, Ivanka en el aniversario de las apariciones, Mirjana en su cumpleaños y Jacov el día de Navidad.

Medjugorje es una aldea católica, circundada de aldeas ortodoxas y musulmanas. El término, de origen eslavo, significa “entre montañas”. Es una aldea pobre, de terreno pedregoso apto para el cultivo de la vid y del tabaco. No hay corrientes de agua. Los habitantes, que al inicio de las apariciones eran 3,400, son muy religiosos por tradición. Un signo de su fe lo constituye una gran Cruz, de diez metros de altura y tres de anchura, erigida en la cima del monte Sipovac en 1933, con motivo de los 1900 años de la muerte y resurrección de Cristo. La presencia de la cruz, “kriz”, cambió el nombre de la montaña que ahora se llama Krizevac. En la parroquia se encuentra una iglesia grande, dedicada a Santiago Apóstol y edificada entre 1937 y 1969. La iglesia, con sus dos campanarios, fue construida excesivamente amplia para su tiempo.

Todo empezó el 24 de junio de 1981 aproximadamente a las seis de la tarde. Los niños Ivanka Ivankovic de 15 años, Mirjana Dragicevic de 16, Vicka Ivankovic de 17, Ivan Dragicevic de 16, Ivan Ivankovic y Milka Pavlovic vieron a una mujer joven increíblemente bella, con un niño pequeño en brazos. No les dijo nada, pero les indicó con gestos que podían acercarse. Sorprendidos y asustados, tuvieron miedo de hacerlo, aunque pensaron inmediatamente que se trataba de la Virgen.

El 25 de junio, los chicos acordaron encontrarse en el mismo lugar donde la Virgen se había aparecido el día anterior, con la esperanza de verla de nuevo. De pronto vieron un destello de luz. Miraron hacia la colina y vieron a Nuestra Señora, esta vez sin el Niño. Estaba sonriente y gozosa y su belleza era indescriptible. Con sus manos les hizo señas para que se acercaran. Los niños se tomaron de las manos y subieron hasta Ella. Inmediatamente cayeron de rodillas y comenzaron a rezar el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. Nuestra Señora oró con ellos, excepto cuando rezaron el Avemaría.

Después de rezar empezó a hablar con los chicos. Ivanka, antes que nadie, le preguntó acerca de su madre quien había muerto unos meses atrás. Mirjana le pidió a la Virgen que les diera un signo para mostrar a la gente que no estaban locos ni mentían, como algunos decían.

La Virgen finalmente abandonó a los niños con las palabras: “¡Dios esté con vosotros, ángeles míos!” Pero antes los niños le preguntaron si la verían al día siguiente, Ella respondió asintiendo con la cabeza. A partir de ese día, los chicos continuarían viendo a la Virgen diariamente.

Según los videntes, todo el encuentro fue indescriptible. Ese día, dos niños que formaban parte del grupo del día 24, no estaban: Ivan Ivankovic y Milka Pavlovic. En su lugar fueron otros dos: Marija Pavlovic y Jakov Colo. Y desde entonces, según esos seis niños, la Virgen se les aparece regularmente. Milka Pavlovic e Ivan Ivankovic, que estuvieron presentes el primer día de las apariciones, no volvieron a ver más a la Virgen, aunque volvían al lugar de las apariciones con la esperanza de verla.

El tercer día, 26 de junio, los niños iban de camino al mismo lugar donde se les había aparecido la Virgen. Estaban muy contentos, aunque, la alegría se mezclaba con el temor al preguntarse cuál sería el resultado de todo aquello. Pero a pesar de todo, los niños sentían una fuerza interior que les empujaba a encontrarse con la Virgen.

De repente, mientras los niños se encontraban aún de camino, un resplandor apareció por tres veces. Para ellos, y para quienes les seguían, era una señal que indicaba la presencia de la Virgen. En ese tercer día, la Virgen se apareció todavía más arriba que en los días anteriores. De repente, la Virgen desapareció. Pero cuando los niños empezaron a rezar, acudió de nuevo. Estaba alegre y sonreía serenamente, y otra vez más, su belleza era irresistible.

Cuando los niños salieron de casa, algunas mujeres mayores les aconsejaron llevar agua bendita con ellos para asegurarse de que no se trataba del demonio. Cuando estuvieron con la Virgen, Vicka cogió el agua y la echó en dirección a la visión, diciendo: “Si tú eres nuestra Madre bendita, por favor quédate, y si no, aléjate de nosotros”. La Virgen sonrió al oír eso y se quedó con ellos. Entonces fue cuando Mirjana le preguntó su nombre, y la Virgen le respondió: “Soy la Bienaventurada Virgen María.”

Ese mismo día, bajando del Podbrdo, la Virgen se apareció nuevamente, esta vez sólo a Marija, diciendo: “Paz, paz, paz y sólo paz”. Detrás de ella, Marija pudo ver una cruz. Tras lo que la Virgen, con lágrimas, corroboró: “¡La paz debe reinar entre el hombre y Dios, y entre todos los pueblos!”.

Al día siguiente, 27 de junio, la Virgen se apareció tres veces a los niños. Esta vez, los niños le preguntaron muchas cosas, y la Virgen les respondió a todo. Para los sacerdotes, dio el siguiente mensaje: “Tienen que creer firmemente, y tienen que cuidar la fe del pueblo”. Nuevamente, Jakov y Mirjana pidieron una señal, porque la gente había empezado a acusarles de mentirosos o de estar bajo los efectos de las drogas. “No tengáis miedo de nada”, les contestó la Virgen.

Antes de despedirse, al preguntarle si volvería, dijo que lo haría. Bajando el Podbrdo, la Virgen se apareció una vez más para despedirse con estas palabras: “¡Que Dios esté con vosotros, mis ángeles, iros en paz!”.

El día 28 de junio, el quinto día, multitudes venidas de todos los rincones, iban agrupándose ya desde muy temprano. Hacia el mediodía, había unas quince mil personas. Ese mismo día fray Jozo Zovko, el párroco, interrogó a los niños sobre lo que habían visto y oído en los días anteriores.

A la hora de costumbre, la Virgen se apareció. Los niños rezaron con Ella, y Vicka, le preguntó: “Mi querida Señora, ¿qué quisieras de nosotros, y qué de nuestros sacerdotes?”. La Virgen le contestó: “La gente debe rezar y creer firmemente”. De los sacerdotes, dijo que debían ser fuertes en la fe, y ayudar a los demás a creer firmemente.

Ese día, la Virgen se apareció y se retiró varias veces. Una de las veces, los niños le preguntaron por qué no se aparecía en la parroquia, para que todo el mundo la pudiese ver. Contestó: “Bienaventurados aquellos que sin haber visto, han creído”.

Aunque la multitud les importunaba con sus preguntas y curiosidades, y el día era bochornoso y pesado, los niños se sentían como en el cielo.

El sexto día, 29 de junio, los niños fueron llevados a Mostar para un reconocimiento médico, tras el cual se diagnosticó que estaban “sanos”. El informe del médico jefe de servicio fue: ” No están locos los niños, sino la persona que los ha traído aquí.”

Ese día, en la colina de las apariciones, la multitud fue mayor que nunca. Tan pronto como los niños llegaron al lugar de siempre y empezaron a rezar, la Virgen se apareció. En esta ocasión, la Bienaventurada Virgen María les exhortó a tener fe, diciéndoles: “La gente debe creer firmemente y no tener miedo”.

Ese día, una doctora que iba siguiendo y observando a los niños durante la aparición, deseó tocar a la Virgen. Los niños guiaron su mano hasta el hombro de la Virgen, y sintió como un estremecimiento. La doctora, aunque era agnóstica, tuvo que reconocer: “Aquí, algo extraño está pasando”.

El mismo día, un niño llamado Daniel Setka, fue milagrosamente curado. Sus padres lo llevaron a Medjugorje, pidiendo su curación. La Virgen había prometido que se curaría si los padres rezaban, ayunaban y creían ferviertemente. Así pues, el niño fue sanado repentinamente.

El 30 de junio, dos chicas jóvenes propusieron a los videntes dar un paseo en coche. De hecho, su intención era llevarlos lejos de la zona, y retenerlos hasta que pasara el tiempo habitual de la aparición. Sin embargo, aunque los niños se encontraban bastante lejos del Podbrdo, en el momento de la aparición, ocurrió que una llamada interior les empujó a salir del coche. Tan pronto lo hicieron, y se pusieron a rezar, la Virgen se acercó hacia ellos, desde el Podbrdo, que en ese momento se encontraba a un kilómetro de distancia. Rezaron siete padrenuestros, siete avemarías y siete glorias. La trampa de aquellas jóvenes no surtió efecto.

Después de esto la policía empezó a poner trabas a los niños y a los peregrinos para subir al Podbrdo, el lugar de las apariciones. Y se prohibió, primero a los niños y luego a la multitud, subir a la montaña. La Virgen siguió apareciéndoseles en lugares escondidos, en sus casas y en el campo. Los niños ya tenían confianza y hablaban abiertamente con la Virgen, buscando ilusionadamente sus consejos, escuchando sus advertencias y mensajes.

De esta forma, los acontecimientos de Medjugorje continuaron hasta el 15 de enero de 1982.

Al mismo tiempo, el párroco empezó a acoger a los peregrinos en la iglesia, permitiéndoles participar en el Rosario y en la celebración de la Eucaristía. Los niños también rezaban allí su Rosario. Durante este período, alguna vez, la Virgen se apareció en la iglesia. Incluso, el mismo párroco, una vez mientras rezaba el Rosario, vio a la Virgen. Inmediatamente interrumpió la oración, y espontáneamente empezó a entonar un canto popular: “Lijepa si, lijepa Djevo Mario”;-“Oh, qué bella eres, Santísima Virgen María”. Toda la iglesia pudo percibir que algo fuera de lo común le ocurría. Luego declaró que la había visto. Y así, el que hasta entonces no sólo había dudado, sino que había estado en contra de las apariciones, se convirtió en defensor de los niños y de las apariciones, hasta el punto que ello le costó ser encarcelado.

A partir del 15 de enero de 1982, los niños vieron a la Virgen en una capilla lateral de la parroquia. El párroco lo preparó así por las dificultades e incluso peligros que nuevamente se presentaron. Previamente, los niños se aseguraron de que ello estaba de acuerdo con los deseos de la Virgen. De todas formas, debido a la prohibición del obispo diocesano, desde abril de 1985, los niños dejaron de usar el entorno de la iglesia como lugar de las apariciones. A partir de ese momento, tuvieron lugar en una sala de la casa parroquial.

Desde el principio de las apariciones hasta hoy, sólo ha habido cinco días en los que ninguno de los niños ha visto a la Virgen.

La Señora se ha presentado como la Reina de la Paz y de la Reconciliación. Viene para acercarnos al corazón de Dios mostrándonos el camino de la paz. Nos invita a todos a la santidad y para ello nos propone medios muy simples, al alcance de todos.

La Virgen ha prometido comunicar a cada uno de los videntes diez secretos. Hasta el día de hoy, tres de los videntes, Ivanka, Mirjana y Jackov han recibido sus diez secretos, y no reciben ya la aparición cotidiana, sino que una vez al año ven a la Santísima Virgen. En cambio, Vicka, Marija e Ivan, que sólo recibieron nueve secretos, continúan viéndola diaramente. Según Mirjana, que fue la primera en recibir los diez secretos, dichos secretos serán revelados al mundo por un franciscano, el P. Petar Ljubicic. Diez días antes del cumplimiento del secreto, la vidente y el franciscano ayunarán a pan y agua. El séptimo día, es decir tres días antes de su realización, Mirjana le revelará el secreto al franciscano, quien lo anunciará al mundo.

En julio de 1981, la Virgen prometió igualmente dejar un signo indestructible y visible sobre la colina de las apariciones.

El 25 de cada mes, la Virgen da a Marija un mensaje destinado al mundo entero. Ella lo escribe y se lo transmite a un franciscano de la parroquia de Santiago Apóstol. Posteriormente es traducido y publicado en distintos idiomas.

Desde 1987, la Virgen se aparece a Mirjana el día dos de cada mes y ora con ella por los no creyentes. Esta aparición está ahora abierta a todos. A veces la Santísima Virgen da allí un mensaje público.

Hasta el día de hoy más de treinta millones de peregrinos, incluyendo a sacerdotes, obispos y cardenales, han visitado Medjugorje.

Jueves de la Octava del Sagrado Corazón de Jesús: Fiesta de Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús



ORIGEN DE LA FIESTA. — Algunas diócesis y familias religiosas celebran hoy la fiesta del Corazón Eucarístico de Jesús. Bastarán unas líneas para orientar a los fieles en esta devoción y señalar las características diferenciales que la distinguen de la devoción a la Sagrada Eucaristía y de la del Sagrado Corazón, que desde hace dos semanas vienen siendo objeto de nuestras meditaciones.

El 22 de Enero de 1854, una religiosa escuchó de labios de Jesús estas palabras: "¡Cuántas almas hay que me rodean y no me consuelan! Mi Corazón ansia amor, como el pobre pide pan. Es mi Corazón Eucarístico: ¡haz que se le conozca y se le ame! ¡Extiende esta devoción!": El deseo de Nuestro Señor llegó a realizarse. Aprobada por Pío IX y por sus sucesores, se halla hoy día extendida y se practica en todo el mundo católico. Benedicto XV aprobó el 9 de noviem198 e l tiempo despues de. p e n t e c o s t es bre de 1921 Misa y Oficio propios, y asignó la fiesta del Corazón Eucarístico de Jesús, al Jueves siguiente a la Octava del Corpus.

OBJETO DE LA FIESTA. — La misma Iglesia nos indica el objeto de esta devoción: que "es la de honrar el acto de suprema dilección, por el que Nuestro Señor, prodigando todas las riquezas de su Corazón, instituyó el adorable Sacramento de la Eucaristía; para permanecer con nosotros hasta el fin de los siglos".

Mientras la devoción a la Sagrada Eucaristía se dirige al Hombre-Dios, verdaderamente presente en nuestros altares bajo los velos de las sagradas especies y tiene como objeto la misma Persona de Jesús, la devoción al Sagrado Corazón Eucarístico trata de rendir un culto de veneración y de amor agradecido a este acto particular de Jesús, que realiza y perpetúa el don de la Eucaristía. Es la devoción al amor inspirador, creador y continuador de la Eucaristía.

En tanto que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, honra, bajo el símbolo del corazón, toda la caridad del Salvador, de donde han brotado los torrentes de las gracias más preciosas, esta otra considera la caridad de Cristo sólo en la obra de amor por excelencia y rinde homenaje a este acto de amor, al cual debemos la institución de la Eucaristía, la presencia real y permanente de Jesucristo en el tabernáculo, su inmolación en el Santo Sacriñcio de la Misa, su donación a cada uno de nosotros en la sagrada comunión.

LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN EUCARÍSTICO. — Este acto de suprema dilección, olvidado por tantos cristianos, exigía un culto especial de acción de gracias, de adoración, de reparación y de súplicas.

El Sumo Pontífice, al fijar esta fiesta en estos días, ha querido mostrarnos que la devoción al Corazón Eucarístico encierra en sí lo que tienen de más excelente las devociones al Sagrado Corazón y a la Eucaristía. Tiene el secreto de unirlas en admirable armonía, porque en la Sagrada Eucaristía nos muestra a un Dios que se da, como nadie puede darse: víctima por los pecados en el Calvario, pan de vida en la hostia; compañero de destierro en el tabernáculo: ¡qué se da todo entero; con su cuerpo, sangre, alma, divinidad y su Corazón!... Y esta donación tan perfecta, al descubrirnos la esencia misma del Corazón de nuestro Dios, hace a nuestras almas cautivas del amor a Jesús, presente entre nosotros.

Porque el alma cristiana quiere responder a esta inenarrable ternura del Corazón de Jesús. Dios nos amó primero, y nos amó usque in finem, hasta el exceso; tiene una ardiente sed de ser honrado en el Santísimo Sacramento. El alma se ve obligada a exclamar con San Pablo, "la caridad de Cristo nos apremia", y con San Juan: "Amemos a Dios, porque El se adelantó en el amor." Este es el fruto de la devoción y fiesta del Corazón Eucarístico: persuadirnos de que Jesús nos ama, que desea ardientemente nuestro amor, que el fin de su inmolación es nuestra unión con El; y, una vez convencidos de esto, obrar en consecuencia: amarle prácticamente, uniéndonos a El, inmolándonos con El y anonadándonos ante El, para que podamos decir con el Apóstol: "vivo yo, ya no yo, pues es Cristo quien vive en mí."

He aquí la oración compuesta por la confidente del Corazón Eucarístico de Jesús y aprobada por la Iglesia:

 
Corazón Eucarístico de Jesús, compañero en nuestro destierro, yo Te adoro.
Corazón Eucarístico de Jesús, yo Te adoro.
Corazón solitario, Corazón humillado, Corazón abandonado,
Corazón olvidado, Corazón despreciado, Corazón ultrajado,
Corazón desconocido de los hombres,
Corazón amante de nuestros corazones,
Corazón ansioso de amor,
Corazón paciente en escucharnos,
Corazón pronto a favorecernos,
Corazón deseoso de que se le ruegue,
Corazón fuente de nuevas gracias,
Corazón silencioso, que desea hablar a las almas,
Corazón, grato refugio de la vida escondida,
Corazón, maestro de los secretos de la unión divina,
Corazón del que duerme pero siempre está vigilante,
Corazón Eucarístico de Jesús, ten piedad de mí,
Jesús-Hostia, deseo consolarte,
Me uno a Ti y me inmolo contigo,
Me anonado en tu presencia,
Quiero olvidarme de mí mismo para pensar en Ti,
Ser ignorado y despreciado por tu amor,
No ser amado ni comprendido sino de Ti;
Callaré para escucharte, y saldré de mí para perderme en Ti.
Haz que temple así tu sed de mi salvación, tu sed ardiente de mi santidad, y que, purificado, Te consagre un amor puro y verdadero,
No quiero cansarte en esperarme; acógeme, a Ti me entrego.
Te confio todas mis obras; y mi espíritu, para que le ilumines; mi corazón, para que le dirijas; mi voluntad, para que la fijes; mi miseria, para que la remedies; mi alma y mi cuerpo, para que los alimentes.
Corazón Eucarístico de Jesús, cuya sangre es la vida de mi alma; ya no viva yo, sino vive Tú solo en mí. Así sea.