> SoydelaVirgen : 09/21/20

--------------------------------------------- San Martin de Tours y La Virgen de los Buenos Aires / La Inmaculada Concepción y San Ponciano | Patronos de la Ciudad de Buenos Aires / Patronos de la Ciudad de La Plata -----------------------

21 de Septiembre: Séptimo Día de la Novena a Nuestra Señora de La Merced

 


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración inicial para todos los días

¡Oh! Virgen Santísima de las Mercedes, Redentora de Cautivos y Reina de los cielos y tierra: Ante tu altar postrados, aquí estamos para solicitar tus auxilios y pedir tu bendición de Madre. No nos abandones. Ruega al Señor por nosotros y sigue ejercitando tu oficio de Patrona y abogada nuestra. Todo lo esperamos de Jesucristo en quien confiamos y de tu benigna y amorosa protección, que en tantas ocasiones nos ha librado del mal. Atiende a nuestra súplica y remedia la necesidad que en esta novena te presentamos. Amén.

Oración para el séptimo día

Eterno y Omnipotente Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que coronaste a la Santísima Virgen María de estrellas y la vestiste de Gloria y Majestad, dándole poder contra todos nuestro enemigos; te suplicamos con la mayor confianza, nos otorgues el favor de considerarnos como devotos y esclavos de tan esclarecida Señora, pues la invocamos como Madre de la Merced y Misericordia, para que así nos veamos libres de las asechanzas del enemigo infernal ahora y en la hora de nuestra muerte y podamos conseguir la Gloria eterna. Amén.

Se rezan tres Ave Marías y se pide la gracia que se desea obtener.

Salutaciones

Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Hija del Eterno Padre y te consagro mi alma con todas sus potencias. Dios te salve, María…

Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Madre de Dios Hijo y te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos. Dios te salve, María...

Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Esposa del Espíritu Santo y te consagro mi corazón con todos sus afectos, pidiéndote que me obtengas de la santísima trinidad todos los medios y gracias que necesito para mi salvación eterna. Dios te salve, María...

Oración final

Acudimos a ti, gloriosa madre de misericordia, para implorar una vez más tu auxilio, pidiendo la conversión de los pecadores, la estabilidad cristiana de la familia, la paz de tus hijos y el descanso eterno de nuestros queridos difuntos. Ruega por todos, Virgen bendita de las Mercedes. Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


MES DE SEPTIEMBRE: 21° Día de la Mes de la Virgen de los Dolores

 


MES DE SEPTIEMBRE CONSAGRADO A LOS SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

ORACIÓN DE PREPARACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios y Señor mío, que por el hombre ingrato os hicisteis también hombre, sin dejar por eso la divinidad, y os sujetasteis a las miserias que consigo lleva tal condición; a vuestros pies se postran la más inferior de todas vuestras criaturas y la más ingrata a vuestras misericordias, trayendo sujetas las potencias del alma con las cadenas fuertes del amor, y los sentidos del cuerpo con las prisiones estrechísimas de la más pronta voluntad, para rendirlos y consagrarlos desde hoy a vuestro santo servicio. Bien conozco, dueño mío, que merezco sin duda alguna ser arrojado de vuestra soberana presencia por mis repetidas culpas y continuos pecados, sepultándome vuestra justicia en lo profundo del abismo en castigo de ellos; más la rectitud de mi intención, y el noble objeto que me coloca ante vos en este afortunado momento, estoy seguro, mi buen Dios, Dios de mi alma, suavizará el rigor de vuestra indignación, y me hará digno de llamaros sin rubor.... Padre de misericordia.

No es esta otra más que el implorar los auxilios de vuestra gracia y los dones de vuestra bondad para que, derramados sobre el corazón del más indigno siervo de vuestra Madre, que atraído por su amor y dulcemente enajenado por su fineza viene a pedir esta merced, reflexione y contemple debidamente sus amargos dolores, y causarla de esta manera algún alivio en cuanto sea susceptible con esta ocupación y la seria meditación de mis culpas. Concededme, Señor, lo que os pido por la intercesión de vuestra Madre, a quien tanto amáis. Y vos, purísima Virgen y afligidísima Reina mía, interponed vuestra mediación para que vuestro siervo consiga lo que pide. Yo, amantísima Madre de mi corazón, lo tengo por seguro de vuestra clemencia; porque sé que todo el que os venera alcanzará lo que suplica, y. aunque este en la tribulación se librará de ella, pues no tenéis corazón para deleitaros en nuestras desgracias, y disfrutáis de tanto poder en el cielo que tenéis el primado en toda nación y pueblo ¡Feliz mil veces acierto a conseguir vuestras gracias para emplearme en tan laudable ejercicio! Derramad, Señora, sobre mí vuestras soberanas bendiciones; muévase mi alma a sentimiento en la consideración de vuestros santísimos dolores; inflamese mi voluntad para amaros cada vez más. Entonces sí que os podré decir: "Oh Señora, yo soy tu siervo" Consiga yo, en fin, cuanto os pido, siendo para mayor honra de Dios y gloria vuestra, como lo espero, consiguiendo seguro la salvación de mi alma. Amén.

DIA XXI

Mucho contribuía, Virgen tristísima, a duplicar vuestras penas y dolores la poca compasión y caridad que con vuestro Jesús tenían los judíos. Verdad es que no podían ya menos de satisfacer los decretos del Senado y sus pretensiones, que eran el que se le quitase la vida; pero también es innegable que mucho le podían haber escusado el padecer tantos tormentos si se hubieran reportado, tanto en las mofas y malos tratamientos, cuanto en la jornada hasta el Calvario y en el desnudarle de sus vestiduras. Muy gran sentimiento os causaba este inicuo proceder que usaban con él; pero mucho más os causará al presente á vuestro Santísimo Hijo y á vos el ejemplo é imitación que se advierte en muchos cristianos de tan impía canalla ¿Qué caridad Madre mía, es la que acompaña a muchos de los que profesan la religión santa de vuestro querido Hijo? ¡Yo no lo acierto a describir! Pero si se coteja con la definición que de ella da el Apóstol, es muy fácil llegarlo a comprender. En primer lugar, dice "que es benigna "

Mas ¿cuál es la benignidad de aquellos? ¡Ah! ciertamente están poca, que acaso es ninguna. No pue den sufrir el más leve defecto del prójimo sin encolerizarse y dar muestras de furor y por lo mismo no tienen el otro carácter de la caridad, que es no irritarse. Tampoco es ambiciosa; y la de nuestros días lo es tanto, que piensa que por dar una limosna a un pobre le ha de faltar, y así son des pedidos muchas veces con groseros modales, sin considerar que el que a ellos desprecia al mismo Dios desprecia. No piensa mal del prójimo, como piensa la nuestra; pues cualquiera acción que vemos en él, que puede ser no lleve mala intención, al instante la echamos nosotros a la peor parte, y formamos de ella materia para
murmuraciones. No se alegra del mal ajeno, vicio tan frecuente y por el que tantas veces desahogamos nuestra rencilla y rabia Por más que le veamos padecer, con una entereza dimanada del mismo Lucifer, estamos muy enteros y decimos: me alegro, que pague el mal que me ha hecho. Todo, en fin, lo sufre, cree y espera la verdadera caridad, pero la nuestra nada de esto ejecuta.

Ved aquí por qué el Señor no da muchas veces oídos a nuestras peticiones, no somos dignos de que nos escuche Dios, cuando no queremos permanecer en su
imitación; porque el Señor es la misma caridad. así era que cuando los judíos se quejaban diciendo: "¿por qué ayunamos y oramos, y no escucháis nuestras oraciones, ni hacéis caso de nuestros ayunos?'' les respondía Dios: "porque en el día del ayuno hacéis vuestra voluntad; oprimís a todos vuestros deudores ayunáis, mas no de pleitos y contiendas, ni de hacer mal á vuestro prójimo…

 No es, pues, esto lo que me agrada. Pero si rompiereis las escrituras y tratos usurarios, si levantarais de encima de los pobres las cargas con que los tenéis oprimidos, si dejaseis en su libertad a los afligidos y necesitados, si partiereis el pan con el mendigo y acogiereis á los peregrinos, é hicieseis semejantes oficios de caridad, entonces podéis pedirme y aun argüirme si no os lo concedo ¡Tal es la recomendación que el Señor hace de la caridad! Esto solo basta, alma mía, para que desde hoy renueves tus deseos, y te inclines a los sentimientos de la caridad. Sientes, y con razón, la impiedad de los judíos; te dueles de su poca compasión con el Redentor ¿y no has de conocer que te asemejas a ellos si no procuras aprovecharte de las preciosas lecciones de la caridad? ¡O dulce Virgen!
os prometo" romper los vínculos de aquellos impíos, y arrojar de mí su abominable yugo", ejercitando la compasión y la caridad. Conozco que este es el modo único de no engañarme, y el camino seguro para llegar a unirme para siempre con vos...

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS.

¿Por qué, o Dios mío, no he de daros las más humildes gracias, cuando en esta breve consideración os habéis dignado comunicar a mi alma los importantísimos conocimientos de unas verdades que tan olvidadas y menospreciadas tenía por mi abandono y necedad? ¿Por qué no he de concluir este saludable ejercicio rindiéndoos las más profundas alabanzas, cuando en él siento haberse encendido en mi corazón la llama del amor divino, que tan amortiguada es taba por un necio desvarío y por una fatal corrupción de mi entendimiento? Y pues que vos, que sois la verdad infalible y el verdadero camino que conduce a la patria celestial, habéis tenido a bien de comunicar a mi alma los efectos propios de vuestro amor, con los que puedo distinguir lo cierto é indudable que me sea útil a la salvación, y lo falso y mentiroso que me precipitará a mi perdición, por tanto, Señor, quiero aprovecharme desde este momento de tan divinas instrucciones, para caminar con libertad y seguridad entre tantos estorbos y peligros como me presenta este mundo miserable, y de este modo llegar más pronto a unirme con vos. Consígalo así, Virgen Santísima, para vivir compadeciéndome de vuestros dolores y aflicciones, y cumpliendo la promesa que os hice de ser siervo vuestro. Esta sea mi ocupación, estos mis desvelos y cuidados en este valle de lágrimas, porque así después disfrute en la celestial Jerusalén de vuestra compañía, en unión de tantos fieles Servitas que recibieron ya el premio de vuestros servicios, reinando a vuestro lado por los siglos de los siglos. Amen.

21 de Septiembre: Fiesta de san Mateo, Apóstol y Evangelista

 


El 21 de septiembre se celebra la fiesta de San Mateo, quien de recaudador de impuestos judío pasó a ser el primero de los evangelistas. Veamos qué enseñanzas podemos sacar de la vida de este santo.

El evangelio de San Mateo es el primer evangelio jamás escrito, y la tradición afirma que éste es el único texto del Nuevo Testamento que no fue escrito en griego, sino en arameo, probablemente antes del año 50, fecha en que se celebró el Concilio de Jerusalén, cuando la mayoría de los apóstoles dejaron Palestina.

Éste es el primero de los evangelios sinópticos, similar a los evangelios de San Marcos y San Lucas. Sin embargo, las variaciones radican en que, al ser escrito en un período inicial para los judíos convertidos de Palestina, San Mateo hace hincapié en las profecías mesiánicas para afirmar que éstas apuntan a Nuestro Señor Jesucristo. No obstante, para llevar a cabo lo anterior, no dejó de lado el carácter divino de Jesucristo.

El Bautismo de Cristo, el Monte Tabor, la tentación del demonio en la montaña y la confesión de San Pedro; todo está escrito para señalar que Jesús es Dios.

Entre los acontecimientos específicos del texto de San Mateo, hay que mencionar el Evangelio de la infancia de Cristo, el cual narra la matanza de los santos inocentes por orden de Herodes el Cruel, y la visita de los Magos a Belén. Quizá por ser el más importante, debemos hacer hincapié en el Sermón de la Montaña, donde la “Carta Magna” de la nueva ley se da por completo.

Tal vez el más conocido es el discurso en Cesárea de Filipo. Nuestro Señor sale con sus Apóstoles, apartándose de los oídos indiscretos, y les hace la gran pregunta: “Y vosotros, ¿quién decís que soy?” Tomando la palabra Simón Pedro dijo: “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo.” Y Jesús respondiéndole, le dijo:

"Bienaventurado eres tú, Simón Bar Jona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.” 

A continuación, haremos un breve resumen para comprender un poco la profundidad de lo que Nuestro Señor Jesucristo impuso sobre San Pedro:

1. Lo llama Simón Pedro, y este uso único de los dos nombres, su nombre judío y apostólico, en la fundación de la Iglesia, vale tanto como cualquier certificado de nacimiento.

2. Cristo es llamado por Simón “el Hijo del Dios Vivo”, o en el texto original en hebreo “el Hijo de Aquel que Vive”, ya que los judíos nunca usaban el término Yahveh. Simón está haciendo una confesión de la divinidad de Cristo, la cual es claramente indicada por la respuesta de Nuestro Señor.

3. “Esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre.” Esto hace referencia a la revelación evidentemente sobrenatural que Simón recibió en esa ocasión. Es como si nuestro Señor hubiera dicho: “Ningún conocimiento humano te ha sugerido la confesión de mi divinidad.”

4. “Tú eres Pedro y sobre esta piedra.” El original en arameo muestra mejor el juego de palabras: “Tú eres Kepha y sobre esta kepha,” y una correcta interpretación en español sería: “Tú eres Piedra y sobre esta piedra…” Este juego de palabras es importante porque demuestra que Pedro es establecido por Cristo para convertirse en la piedra de su Iglesia. Nuestro Señor también le cambia el nombre, lo que supone su nueva misión: ser la piedra angular de su Iglesia.

5. “Mi Iglesia.” Esta expresión es similar a aquellas en las que Cristo afirma la propiedad de su reino, de sus ángeles y de su cena. Esto indica su poder soberano sobre su Iglesia, no la de Pedro. Igualmente, en Jn 21, Cristo le pide a Pedro que apaciente a sus ovejas y a sus corderos, no a las ovejas de Pedro.

6. “Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” El infierno y el poder y reino de Satanás y sus ángeles acometerán contra la recién nacida Iglesia para destruirla. La persecución es la marca de la verdadera Iglesia, presa de la constante emboscada del enemigo, pero Cristo promete estabilidad e indefectibilidad a su Iglesia.

7. “Las llaves del reino de los cielos.” Esas llaves que tienen el poder para atar y desatar señalan la función de Pedro, juez y gobernante, cuya autoridad queda ratificada también en el cielo.

Hoy en día, estas promesas divinas dadas a San Pedro pueden sonar extrañas debido al actual escenario eclesiástico. Quizá es momento de que pronunciemos la oración de la Iglesia primitiva para pedir la liberación de San Pedro encadenado.

Oración a san Mateo para 
la prosperidad en los negocios 

Glorioso San Mateo,
miembro de la santa familia de los Apóstoles,
que con la ayuda de la Misericordia del Altísimo 
lograste ganar paz en la tierra y gloria el cielo;
tu que siendo recaudador de impuestos 
no dudaste en abandonar todo
y seguiste al Maestro hasta el final de tu vida terrena;
que inspirado por el Espíritu Santo
después de la Ascensión del Señor a los Cielos
proclamaste la Buena Nueva de su Palabra
y nos dejaste escrito en los Evangelios:
"según sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán",
(Mt. 8, 15)
te pido de corazón intercedas por mí y ruegues a Dios que todo lo puede me ayude en mi negocio...
nombrar el negocio que ya se tiene o que se va a emprender,
yo pongo toda mi fe en ti,
deposito mis esperanzas e ilusiones 
y confío en la misericordia del Señor, 
para que fructifiquen pronto las inversiones que he realizado.

Yo sé que es posible salir de esta mala situación,
para ello necesito que aumente la clientela y las ventas
para acrecentar los ingresos de dinero
y así poder hacer frente a los pagos que se acumulan,
solucionar los problemas económicos de mi familia
y generar otros empleos para personas que lo precisan.

Te pido ayuda para que pueda obtener:
decir lo que se quiere conseguir para el negocio

San Mateo, glorioso Evangelista,
en tus manos dejo la buena marcha de mi negocio,
devuélveme la alegría de verlo prosperar,
yo me esforzaré en todo lo que de mi dependa,
y pondré todo mi esfuerzo y entusiasmo
para que funcione perfectamente,
ofreceré muy buena calidad en mis productos,
seré animoso, atento, paciente y cortes
con los que vengan a comprar
para que se vayan satisfechos y regresen pronto.

San Mateo, dame tus bendiciones,
despeja y abre mis caminos laborales al progreso,
haz que la suerte me acompañe,
aleja de mi negocio las envidias y los problemas,
haz que no haya disgustos ni reclamaciones,
que toda persona que en él entre
se sienta bien atendido y dichoso de su compra,
y sientan la necesidad de volver a mi negocio;
haz que prospere y tenga buenos beneficios
para salir de la ruina, vivir dignamente
y tener tranquilidad y sosiego
y para que pueda dar una parte a los más necesitados.
Te lo pido por Jesucristo, nuestro hermano y Señor. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.