Mira a tu pueblo hermosa Señora,
que lleno de júbilo con fe te implora.
¡Bendice, Madre, toda esta grey,
oh, Santa Virgen de la Merced!
Nuestros pasos fortalece para que sigamos
las huellas de Cristo, siéndole fieles.
Dulce y compasivo es tu corazón de Madre,
refugio del que peca, auxilio suave.
Hondo océano de luz y paz son tus ojos
que alumbran los pasos de peregrinos.
Amparo seguro de todas las familias
irradias a Cristo, con él nos cuidas.
Hasta el cielo, Madre, se eleva nuestro canto.
Ruega por nosotros, que seamos santos.
Ante el trono de tu Hijo siempre intercedes
oh, Virgen bendita, de las Mercedes.
Pedimos, oh Madre, compasión y consuelo;
de tu dulce mano, subir al cielo.
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