> SoydelaVirgen : 06/28/20

--------------------------------------------- San Martin de Tours y La Virgen de los Buenos Aires / La Inmaculada Concepción y San Ponciano | Patronos de la Ciudad de Buenos Aires / Patronos de la Ciudad de La Plata -----------------------

Domingo 13° Per Annum y Reflexión del Evangelio

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Mateo     10, 37-42

    Dijo Jesús a sus apóstoles:
    El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
    El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
    El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
    El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que me envió.
    El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
    Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».



Reflexión del Evangelio: 

Queridos hermanos: 
    
         En el Evangelio de este Domingo Jesús nos dice: "el que quiere a su padre o a su madre más que a mi no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí". 

   Con esto, el Señor no nos prohibe amar a nuestros seres queridos, por el contrario, nos manda amarlos. Pero Jesús nos enseña que el amor que le debemos a nuestros familiares y amigos no puede ser mayor que el amor que le debemos a Él. Dios es el primero que debe ser amado, de tal manera que sería un desorden amar al padre o a la madre o al hijo o a la hija más que a Dios. Cuando el Señor es amado por sobre todas las cosas, entonces todos nuestros amores se van ordenando, y no se ama menos, sino que se ama más, mucho más, a los familiares y amigos, porque el corazón de quien realmente ama a Dios por sobre todas las cosas no es un corazón frío e indiferente para con el prójimo, sobre todo para con los parientes, sino un corazón que ama con un amor más verdadero, libre y profundo. Santa Teresa de los Andes decía que "en Dios nuestros afectos se purifican y hasta se divinizan". 
 
   En este contexto es que se puede entender la actitud de san Francisco de Asís cuando abandona a su padre, un rico mercader, y le devuelve lo que le correspondía en herencia diciéndole: "Hasta ahora tú has sido mi padre en la tierra. Pero en adelante podré decir: Padre nuestro, que estás en los cielos..." ¿Es que san Francisco despreciaba a su padre? Ciertamente no. Su reacción tan radical puede desconcertarnos, pero se entiende a la luz del Evangelio que estamos meditando... 

   Pidamos a la Santísima Virgen María, Madre del Amor Hermoso, que Ella nos alcance la gracia de amar a Dios por sobre todas las cosas y desde ese amor, amar a nuestros seres queridos en libertad y verdad. 

Amén. 
Reflexión del P. Rodrigo A. Adet 
Vicario de la Iglesia Catedral de La Plata 

Evangelios de la Solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles

Santa Misa Vespertina de la Vigilia:


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Juan     21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?»
El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»
Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» El le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.»
Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras.»
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme.».

Santa Misa del Día: 

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Mateo     16, 13-19

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.»
«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?»
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»

28 de Junio: Memoria Litúrgica de san Ireneo, Obispo y mártir



Probablemente nació por el año 125, por alguna provincia de Asia Menor.Recibió una educación muy esmerada, ya que tenía profundos conocimientos de las Sagradas Escrituras, la literatura y la filosofía. Tuvo el privilegio de estar entre algunas personas que habían conocido a los Apóstoles y a sus primeros discípulos. Entre éstos figura San Policarpo, quien ejerció una gran influencia en su vida.
 
Entre los puertos de Asia Menor y Marsella existían grandes relaciones comerciales, en estos viajes llegaban los sacerdotes y misioneros que portban el evangelio a los galos paganos y fundaron la iglesia local. A esta iglesia llegó San Irineo para servir como sacerdote, y ahí se quedó hasta su muerte.
 
Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar prominentemente entre los Padres de la Iglesia, ya que sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos, defendiendo así la fe católica de las insidiosas doctrinas de aquellos herejes.
 
En el año 177 se le envió a Roma con una delicadísima misión. En época de la persecución de Marco Aurelio, enviaron al Papa Eleuterio, por conducto de Ireneo, "la más piadosa y ortodoxa de las cartas", con una apelación al Pontífice para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia. Asimismo, recomendaban al portador de la misiva, como a un sacerdote "animado por un celo vehemente para dar testimonio de Cristo". Tan pronto regresó a Lyon, ocupó la sede episcopal que había dejado vacante San Potino.
 
Escribió un tratado de cinco libros, en cuya primera parte expuso las doctrinas internas de las diversas sectas para contraponerlas después a las enseñanzas de los Apóstoles y los textos de las Sagradas Escrituras. En su método de combate, Ireneo expone la teoría "enemiga", la desarrolla hasta llegar a su conclusión lógica y, por medio de una eficaz reductio ad absurdum, procede a demostrar su falsedad. Ireneo estaba firmemente convencido que de que gran parte del atractivo del gnosticismo, se hallaba en el velo de misterio con que gustaba de envolverse. San Ireneo se preocupa más por convertir que por confundir, por lo tanto escribe con estudiada moderación y cortesía. Gracias a sus escritos, los gnósticos dejaron de constituir una amenaza para la Iglesia y la fe católicas.
 
El tratado contra los gnósticos ha llegado hasta nosotros completo en su versión latina y, en fechas posteriores, se descubrió la existencia de otro escrito suyo: la exposición de la predicación apostólica, traducida al armenio.
 
Se desconoce el año de su muerte. De acuerdo con una tradición posterior, se afirma que fue martirizado. Los restos mortales de San Ireneo, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta, bajo el altar de la que entonces se llamaba Iglesia de San Juan, pero más adelante se llamó de San Ireneo. Esta tumba o santuario fue destruída por los calvinistas en 1562 y , al parecer, desaparecieron los últimos vestigios de sus reliquias.
 
Otros Santos: Benigno, Gerón, Zacarías, obispos; Plutarco, Sereno, Heráclies, Herón, Papio, Eraida, Basílides, Potamiena, Marcela, mártires; Paulo I, papa; Vicenta, Gerosa, vírgenes; León, Sergio, confesores; Argimiro, monje.

Oración a san Ireneo 


Señor, Dios nuestro, que otorgaste a tu obispo san Ireneo la gracia de mantener incólume la doctrina y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, renovarnos en fe y en caridad y trabajar sin descanso por la concordia y la unidad entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.