> SoydelaVirgen : 06/22/20

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Devoción: Las Almas del Purgatorio



Hoy Lunes, la Iglesia reza por las almas del purgatorio, recordamos: 

Es sentencia común entre los teólogos que los fieles difuntos
pueden en el purgatorio interceder por nosotros ante Dios,
pues están muy ardientes en la caridad, y pueden conocer, quizá sólo de modo general, nuestras necesidades.
El mismo Catecismo de la Iglesia Católica enseña que nuestras oraciones por las almas del purgatorio «puede no sólo ayudarles, sino hacer eficaz su intercesión en nuestro favor» (958). «En la comunión de los santos «existe entre los fieles –tanto entre quienes ya son bienaventurados, como entre los que expían en el purgatorio o los que peregrinan todavía en la tierra— un constante vínculo de amor y un abundante intercambio de todos los bienes» (Pablo VI)» (1475).

Las nuevas invocaciones a la Virgen en las Letanías Lauretanas

"Mater Misericordiae", "Mater Spei" y "Solacium migrantium" estas son las tres nuevas invocaciones incluidas por voluntad del Papa Francisco en la lista de las Letanías Lauretanas.

       

Aunque antiguas, las letanías - llamadas "Lauretanas" del Santuario de la Santa Casa de Loreto que las hizo famosas - tienen una fuerte conexión con los momentos de la vida de la Iglesia y la humanidad. Así lo afirman los dirigentes del Culto Divino, subrayando que "incluso en la época actual, marcada por razones de incertidumbre y desconcierto", el recurso "lleno de afecto y confianza" a la Virgen "es particularmente sentido por el pueblo de Dios". Monseñor Arthur Roche reiteró a Vatican News este vínculo entre la espiritualidad y la concreción del tiempo, de la vida cotidiana. "Varios Papas - recuerda Monseñor Roche - han decidido incluir invocaciones en las Letanías, por ejemplo Juan Pablo II añadió la invocación a la 'Madre de la familia'. Responden al momento real, un momento que presenta un desafío para el pueblo". "El Rosario, como sabemos, es una oración dotada de gran poder y por lo tanto -concluye el secretario del dicasterio vaticano- en este momento las invocaciones a la Virgen son muy importantes para los que sufren por Covid-19 y, entre ellos, los migrantes que también han dejado su tierra".

22 de Junio: Memoria Litúrgica de los santos Juan Fisher, obispo y santo Tomás Moro, mártires



Hoy la Iglesia celebra a los santos Juan Fisher, Obispo y Tomás Moro, mártires. 

San Juan Fisher, Obispo y mártir 

Este santo mártir nació en Beverley, Inglaterra, en el año 1469. A los 14 años ya era el estudiante más sobresaliente y, a los 20 fue nombrado profesor del colegio San Miguel. Se doctoró en la famosa Universidad de Cambridge, y a los 22 años, obtuvo ser dispensado de la falta de edad, y fue ordenado sacerdote. Poco después recibió el nombramiento de vicecanciller o vicerrector de la gran universidad.

En 1504, fue elegido nuestro santo como obispo de Rochester, cuando sólo tenía 35 años. Y él, como hacía con todos los cargos que le confiaban, se dedicó a este oficio con todas las fuerzas de su recia personalidad. Con un entusiasmo no muy frecuente en su época, se dedicó a visitar todas y cada una de las parroquias para observar si cada uno estaba cumpliendo con su deber, y animar a los no muy entusiastas.A los sacerdotes les insistía en la grave responsabilidad de cumplir muy exactamente sus deberes sacerdotales. Iba personalmente a visitar a los más pobres.

Dedicaba, además, muchas horas al estudio y a escribir libros. Se hicieron famosos sus discursos fúnebres a la muerte del rey Enrique VII y en el funeral de la reina Margarita. Aunque era obispo y además canciller de la universidad, llevaba una vida tan austera como la de un monje. No dormía más de seis horas. Hacía fuertes penitencias. Cuando Lutero empezó a difundir los errores de los protestantes, el obispo Fisher fue elegido para atacar tan fatales errores, y escribió cuatro libros para combatir los errores de los luteranos.

En un Sínodo de Inglaterra, el obispo Fisher protestó fuertemente contra la mundanalidad de algunos eclesiásticos, y la vanidad de aquellos que buscaban altos puestos y no la verdadera santidad. Cuando el rey Enrique VIII dispuso divorciarse de su legítima esposa y casarse con su concubina Ana Bolena, el obispo Juan Fisher fue el primero en oponerse. Y aunque muchos altos personajes, por conservar la amistad del rey, declararon que ese divorcio sí se podía hacer, en cambio Juan, aún con peligro de perder sus cargos y ser condenado a muerte, declaró públicamente que el matrimonio católico es indisoluble.

El terrible rey Enrique VIII se declaró jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra en reemplazo del Sumo Pontífice, y todos los que deseaban conservar sus altos puestos en el gobierno y en la Iglesia, lo apoyaron. Pero Juan Fisher declaró que esto era absolutamente equivocado y en pleno Parlamento exclamó: "Querer reemplazar al Papa de Roma por el rey de Inglaterra, como jefe de nuestra religión es como gritarle un ‘muera’ a la Iglesia Católica".

Las amenazas de los enemigos empezaron a llegar sobre él. Dos veces lo llevaron a la cárcel. Otra vez trataron de envenenarlo. Le inventaron toda clase de calumnias, y como no lograron intimidarlo, lo mandaron encerrar en la Torre de Londres. Tenía entonces 66 años. Estando en prisión, recibió del sumo Pontífice el nombramiento de Cardenal. El impío rey exclamó: "Le mandaron el sombrero de Cardenal, pero no podrá ponérselo, porque yo le mandaré cortar la cabeza". Y así fue. El 17 de junio de 1535 le leyeron la sentencia de muerte.

El rey Enrique VIII mandaba matarlo por no aceptar el divorcio y por no aceptar que el rey reemplazara al Papa en el gobierno de la Iglesia Católica. Al llegar al sitio donde le van a cortar la cabeza, el venerable anciano se dirige a la multitud y les dice a todos que muere por defender a la Santa Iglesia Católica fundada por Jesucristo. Recita el "Tedeum" en acción de gracias y, muere. 

Otros Santos que se celebran hoy: Silverio, papa; Aldegunda, Florentina, vírgenes; Macario, Inocencio, obispos; Regimberto, Bertoldo, Mernico, confesores; Novato, Pablo, Ciriaco, mártires; José, anacoreta; Dermot O’Hurley, Margarita Bermingham viuda de Ball, Francisco Taylor, Ana Line, Margarita Cltheroe, Margarita Ward y compañeros mártires ingleses, beatos.

Oración a san Juan Fisher 

San Juan Fisher:
¡Concédenos de Dios, por tu intercesión,
la fortaleza de primero morir antes que renegar
de la fe de Jesucristo o de su verdadera Iglesia!

Te rogamos intercedas por todo el clero para que,
siguiendo tu ejemplo, sea totalmente fiel a la doctrina
revelada por Dios y custodiada por el magisterio infalible de la Iglesia Católica. Amén. 

Santo Tomás, mártir 


"El hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral", decía Santo Tomás Moro, declarado patrono de los gobernantes y los políticos por San Juan Pablo II. 

Santo Tomás nació en Londres en 1477 y mantuvo siempre una vida de fe. Se graduó en la Universidad de Oxford como abogado y su carrera exitosa lo llevó al parlamento. Con Jane Colt tuvo un hijo y tres hijas. Su esposa muere y contrae nupcias nuevamente con Alice Middleton.

En 1516 escribió su libro “Utopía”, lo que llamó mucho la atención de Enrique VIII, quien lo puso en importantes puestos.

Cuando el rey seguía con su intención de repudiar a su esposa para casarse con otra y se disponía a separarse de la Iglesia de Roma para formar la iglesia anglicana bajo su autoridad, Santo Tomás Moro renunció.

Más adelante se dedicó a escribir en defensa de la Iglesia y con su amigo, el Obispo San Juan Fisher, se rehusó a obedecer al rey como “cabeza” de la iglesia. Ambos, fieles a Cristo, fueron encarcelados. Meses después fue ejecutado San Juan Fisher y días posteriores Santo Tomás fue condenado como traidor.

Murió mártir al oponerse a la división interesada de Enrique VIII. En el andamio para ser ejecutado, el Santo les supo decir a la multitud que moría como "el buen servidor del rey, pero primero Dios" y, siendo decapitado, partió a la Casa del Padre el 6 de julio de 1535.  La Fiesta de Santo Tomás Moro se celebra cada 22 de junio junto con San Juan Fisher.

“La historia de Santo Tomás Moro ilustra con claridad una verdad fundamental de la ética política. En efecto, la defensa de la libertad de la Iglesia frente a indebidas injerencias del Estado es, al mismo tiempo, defensa, en nombre de la primacía de la conciencia, de la libertad de la persona frente al poder político. En esto reside el principio fundamental de todo orden civil de acuerdo con la naturaleza del hombre”, añadió”, dijo San Juan Pablo II en el año 2000.

Oración a santo Tomás de Moro

Dios Glorioso, dame gracia para enmendar mi vida y tener presente mi fin sin eludir la muerte, pues para quienes mueren en Ti, buen Señor, la muerte es la puerta a una vida de riqueza.
 
Y dame, buen Señor, una mente humilde, modesta, calma, pacífica, paciente, caritativa, amable, tierna y compasiva en todas mis obras, en todas mis palabras y en todos mis pensamientos, para tener el sabor de tu santo y bendito espíritu.
 
Dame buen Señor, una fe plena, una esperanza firme y una caridad ferviente, un amor a Ti, muy por encima de mi amor por mí.
 
Dame, buen Señor, el deseo de estar contigo, de no evitar las calamidades de este mundo, no tanto por alcanzar las alegrías del cielo como simplemente por amor a Ti.
 
Y dame, buen Señor, Tu amor y Tu favor; que mi amor a TI, por grande que pueda ser, no podría merecerlo si no fuera por tu gran bondad. Buen Señor, dame Tu gracia para trabajar por estas cosas que te pido. Amén.

Oración del buen humor de santo Tomás Moro 

Concédeme, Señor, una buena digestión,
y también algo que digerir.
 
Concédeme la salud del cuerpo,
con el buen humor necesario para mantenerla.
 
Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar
lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante
el pecado, sino que encuentre el modo de poner
las cosas de nuevo en orden.
 
Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento,
las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no
permitas que sufra excesivamente por ese ser tan
dominante que se llama: yo.
 
Dame, Señor, el sentido del humor.
Concédeme la gracia de comprender las bromas,
para que conozca en la vida un poco de alegría y
pueda comunicársela a los demás. Amén. 

21 de Junio: Memoria Litúrgica de san Luis Gonzaga, religioso



EL VALOR DE LA VIDA. — ¡"Cuán grande es la gloria de Luis, hijo de Ignacio! Nunca lo hubiera creído si Jesús no me lo hubiese mostrado. Nunca pude imaginar que tuviese tanta gloria en el cielo". Así se expresaba Santa Magdalena de Pazzis en uno de sus admirables éxtasis. Sin embargo, a los ojos disipados de muchos la vida tan corta de San Luis no ofreció más que los preludios de una vida, por decirlo así, marchitada en flor antes de dar fruto. Pero los cálculos de Dios
no son como los de los hombres y las apreciaciones de éstos no pesan en sus juicios. 
A sus divinos ojos, aun tratándose de los santos, es de menos perfección una vida larga y llena de acciones admirables, que otra llena de amor. En
efecto, ¿no debe estimarse la existencia humana por lo que produce de duradero? Ahora bien, en la eternidad la caridad es la única que permanecerá, Ajada por siempre en el grado que adquirió en esta vida pasajera. Importa poco, pues, que en breve y sin obras ruidosas, el elegido de Dios desarrolle en sí mismo el amor tanto o más que otro con trabajos, por muy santos que sean, ejecutados durante una larga vida admirada de los hombres.

FECUNDIDAD DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS. — La ilustre Compañía que dió a la Iglesia a Luis Gonzaga, debe la santidad de sus miembros y
la bendición con que van acompañadas sus obras, a la fidelidad que siempre mostró a esta importante verdad donde debe buscar su luz toda
vida cristiana. Desde su institución parece que Nuestro Señor, no contento con dejarla tomar su bendito nombre, tuvo a pechos obrar de suerte que no pudiese nunca olvidar de dónde la venía su verdadera fuerza para la carrera militante, y más activa que todas, que debía emprender. Las refulgentes obras de su fundador, Ignacio, del apóstol de las Indias, Francisco Javier, la noble conquista de la humildad de Cristo
en Francisco de Borja, manifestaron a todo el mundo una santidad maravillosa; pero no tuvieron otra base que las virtudes ocultas de estos
otros tres Estanislao de Kostka, Luis Gonzaga, y Juan Berchmans, quienes bajo la mirada divina y únicamente con la fuerza de la oración contemplativa, se elevaron en aquel mismo siglo hasta el amor y, en consecuencia, hasta la santidad de sus heroicos padres.

EL AMOR, MOTOR DE LA ACCIÓN. — Otra vez Magdalena de Pazzis, depositaría de los secretos divinos, nos revelará este misterio. En el éxtasis en que contempla la gloria de Luis, exclama bajo el influjo del Espíritu Divino: "¿Quién podrá explicar el valor y el poder de los actos internos? La gloria de Luis es tan grande porque obró interiormente. No se puede establecer comparación entre lo visible y lo interno. Luis, cuanto
más se venció en la tierra, tanto más estuvo atento a la mirada del Verbo y he aquí la razón de su grandeza. Luis fué un mártir oculto: todo el que te ama, Dios mío, te reconoce tan grande, tan infinitamente amable, que le es un verdadero martirio el reconocer que no te ama como desea amarte, y que no eres amado por tus criaturas, sino ofendido. Por eso él mismo consumó su martirio. ¡Oh, cuánto amó sobre la tierra! He aquí por qué ahora, en el cielo, posee a Dios con soberana plenitud de amor. Siendo
mortal, dirigió su flecha al corazón del Verbo; ahora que está en el cielo, sus dardos descansan en su propio corazón. Pues la comunicación con
la divinidad que mereció con esas flechas de actos de amor y de unión con Dios, ahora la posee ciertamente y se abraza con ella."
Amar a Dios, dejar que su gracia vuelva nuestro corazón hacia la bondad infinita, que solamente es capaz de saciarle, he aquí el secreto de la más alta perfección.

MÉRITOS DEL DEBER DE ESTADO. — Siendo todavía jovencito, y en una ciudad en que las tentaciones eran grandes, Luis consagró su virginidad a la Santísima Virgen. Luego renunció a los más altos cargos y dignidades de este mundo a que estaba llamado. Pero habiéndole obstinadamente rehusado su padre el permiso para abandonar el mundo, obedeció y siguió la vida seglar practicando todas las virtudes de su estado. 
En él, como en las almas totalmente dóciles al Espíritu Santo, nunca la piedad perjudicó a los deberes de la tierra. Por esto es el verdadero modelo de la juventud estudiosa, de la que Luis mereció el título de patrono. Inteligencia escogida, fiel tanto al trabajo como a la oración en medio de la agitación mundana, dominó todas las ciencias exigidas entonces en personas de su condición. Negocios espinosos, referentes a intereses del siglo, le fueron confiados más de una vez; vióse entonces cómo hubiera sobresalido en el gobierno de los hombres y en el manejo de los negocios. También en ello debía servir de ejemplo a muchos a quienes sus allegados o falsos amigos pretenden detener en el umbral de la vida religiosa por la consideración del bien que son capaces de hacer y del mal que podrían evitar: como si para las órdenes religiosas, porción escogida de su rebaño, debiera Dios contentarse con incapaces nulidades; como si las aptitudes de la naturaleza mejor dotada no pudiesen siempre tornarse a Dios, su principio, tanto mejor y más completamente cuanto más perfectas sean. Ni el Estado, ni la Iglesia pierden nunca nada en este retiro por Dios, en este abandono aparente de los mejores sujetos: si en el Antiguo Testamento Dios se mostraba celoso de que se le ofreciese en el altar lo mejor de toda clase de bienes, no era para empobrecer a su pueblo; se lo reconozca o no, la fuerza principal de la sociedad, la fuente de las bendiciones que están destinadas al mundo, tendrá siempre su manantial en estos holocaustos amados del Señor.
Vida. — Luis nació cerca de Mantua el 9 de marzo de 1568. Destinado por su padre a la carrera de las armas, habitó con él desde niño en el castillo de Casale, y después en la corte del duque Francisco I en Florencia. Recibió la primera comunión de manos de San Carlos Borromeo. Ocupándose más en el estudio y en la piedad, que en las vanidades mundanas y en la profesión militar pasaba largas horas en oración. Paje del príncipe Diego en la corte de Madrid, al morir éste, se
fortaleció su deseo de consagrarse a Dios. En julio de 1585, hizo los Ejercicios de San Ignacio, firmó la renuncia al principado heredado de sus antepasados, y el 4 de noviembre entraba en Roma, en la Compañía, en la que profesó el 25 de noviembre de 1587. Hizo los estudios de Teología, recibió las Ordenes Menores y no se distinguió más que por su humildad, obediencia y fervor en la oración. En 1590-91, cuidando a los enfermos del hospital de San Sixto, después a los de Santa María della Consolazione, contrajo su enfermedad, de la que murió el 20 de junio de 1591. El primer milagro fué para su madre. Fué beatificado en 1605, y canonizado en 1726. Es patrono de la juventud.

UNA GLORIA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS. — " La prudencia equivale en el hombre a las canas, dice el Sabio; la vejez digna de veneración no se aprecia por el número de los años" (1 8ab., XV, 8). Por eso, oh Luis, ocupas un sitio honroso entre los antepasados de tu pueblo. Gloria de la Compañía en donde en breve tiempo llenaste el curso de una larga existencia, alcanza el que siga guardando esmeradamente para sí y para los demás el ejemplo que irradia de tu vida llena de inocencia y de amor.

LA ORACIÓN Y LA SANTIDAD. — Al fin de la jornada de esta vida el verdadero éxito del hombre es la santidad; ésta se adquiere interiormente; las obras externas no cuentan para Dios sino en la medida de la pureza y del ardor interno que las inspira; si falta la ocasión para estas acciones, el hombre puede suplirla acercándose al Señor en lo recóndito de su alma, tanto o más que lo hubiese ejecutado por ellas mismas. Así lo comprendiste tú; y la oración que te tenía absorto en innenarrables delicias, vino a hacer tu mérito semejante al de los mártires.
¡De qué precio fué a tus ojos este tesoro celestial de la oración, siempre tan a nuestro alcance como lo estuvo al tuyo! Pero para encontrar en ella, como tú, compendiado el camino de toda perfección, según tus propias palabras, es necesaria la perseverancia y el cuidado de alejar del alma, por medio de generosa mortificación de la naturaleza, toda moción que no sea de Dios. ¿Cómo podría reproducir el agua turbia o agitada por el viento, la imagen del que está a su orilla? Así el alma impura y la que, sin ser esclava de sus pasiones, no es señora de toda agitación que provenga del mundo, no puede llegar a reproducir en sí la imagen tranquila de Dios, que es el fin de la oración.

SOLO DIOS . — TÚ has reproducido perfectamente al Señor; y se puede constatar cómo la naturaleza en lo que tiene de bueno, lejos de sufrir y perder, gana en la refundición operada en este divino crisol. Aun en lo referente a las más legítimas satisfacciones, nunca tuviste miras terrenas; sino que, viendo a Dios en todas las cosas, ¡ cómo los sentidos fueron superados en su debilidad engañosa, y cómo también por eso mismo se acrecentó tu amor! Testigos son tus delicadas atenciones aquí abajo y desde el cielo, con la admirable madre que el Señor te dió. Al abrasarte el Espíritu Santo con el fuego del amor divino, encendía a la vez en ti un inmenso amor hacia el prójimo, pues la caridad es una; y se vió bien al sacrificar tu vida por los desgraciados apestados.

PLEGARIA POR LA JUVENTUD. — Ayúdanos en nuestras miserias; sé propicio a todos nosotros. La juventud especialmente reclama tu poderoso patrocinio, conducida por el sucesor de Pedro a los pies de tu altar. Dirige sus pasos solicitados por inclinaciones tan contrarias; sean la oración y el trabajo por Dios, su salvaguardia; hazla sobre todo ver claro cuando haya de escoger estado. Derrama generosamente sobre ella en los críticos años de la adolescencia tu hermoso privilegio y protege la virtud angélica en tus devotos. En fin, oh Luis, haz que los que no supieron imitarte en la inocencia, te sigan al menos en la penitencia, como lo pide la Iglesia al Señor en tu festividad.

ORACIÓN A SAN LUIS GONZAGA 

Dios Todopoderoso,
que infundiste en San Luis Gonzaga
un espíritu de servicio
y entrega al prójimo por Ti
te pido por su intercesión
que me concedas fortaleza para no desfallecer,
y paciencia para no desesperar
en este momento de desconsuelo,
ayúdame, te lo suplico a aliviar mis sufrimientos, 
ayúdame a obtener lo que tanto necesito:
(hacer la petición con mucha fe y esperanza).
 
También te pido,
que pueda imitar el espíritu de sacrificio
de San Luis Gonzaga,
así como el deseo de vivir con pureza interior
cada día de mi existencia.
Te lo pedimos a Ti,
que siendo Dios,
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 
Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.
Hacer la oración y los rezos durante tres días consecutivos.