> SoydelaVirgen : 08/14/20

--------------------------------------------- San Martin de Tours y La Virgen de los Buenos Aires / La Inmaculada Concepción y San Ponciano | Patronos de la Ciudad de Buenos Aires / Patronos de la Ciudad de La Plata -----------------------

¿Qué es la Dormición o Tránsito de la Virgen María?

 


La Dormición de la Virgen María es la glorificación de su cuerpo sin pasar por la muerte, es decir, al contrario que sucede en la muerte humana, la intervención divina de su Hijo Jesús hizo que el cuerpo y alma de Ella, no se separasen en espera del Juicio final y ascendieran unidos a los cielos.
 
Según el dogma establecido por Pío XII el 1 de noviembre de 1950: «Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado; que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste».

El tema de la dormición en la iglesia Oriental (Ortodoxa) es más importante que en la iglesia occidental (Romana). 

Los ortodoxos realizan una mini cuaresma antes de la Asunción, desde principio de mes hasta el 14 de agosto con ayuno.

Hay una tradición que dice que ella murió a las 3 de la tarde como Jesucristo, el 13 de agosto, y fue asunta al cielo el 15 de agosto.

En Jerusalén se conmemora la muerte de María entre el 13 y el 15 de agosto y hay un Triduo Mariano que venera el ciclo de muerte y resurrección de 3 días de la Santísima Virgen.

Yo soy la Madre del Amor Hermoso

 


María es la obra maestra de toda la creación. La raíz de todos los dones que ha recibido no es otra que su prerrogativa como Madre de Dios.

Así como todas las gracias y dones del Espíritu Santo dentro de nosotros son el efecto de nuestra predestinación como hijo adoptivo de Dios, así también para María, todos los magníficos dones que ella tiene de los suyos provienen de su dignidad como Madre del divino Salvador.

María recibió del Padre Eterno el más perfecto corazón maternal. Nunca hubo un toque de egoísmo en ese corazón. Este corazón es una maravilla de amor, un tesoro de gracias, de todas las gracias que Dios quiso dar a las criaturas: gratia plena.

Este corazón se formó, por tanto, en primer lugar para Cristo, que, habiendo llegado a los suyos, no fue recibido allí, y que encontró una compensación de amor en su Madre. Pero, además, este corazón existía para ese otro Cristo, si podemos hablar así, que es el cuerpo místico de Jesús.

Cuanto más amamos a Dios, más amamos a nuestro prójimo. Lo mismo ocurre con María, que abraza a Cristo y a sus miembros con el mismo amor. Ella comparte este amor con sus sirvientes. Las almas que son devotas de María obtienen de ella un amor muy puro; toda su vida es un reflejo de su vida.

San Grignion de Montfort escribió: “Esta Madre de hermoso amor quitará de tu corazón todos los escrúpulos y todo el miedo servil rebelde… Mirarás a Dios como tu buen padre, con quien tratarás de complacer incesantemente, con quien conversarás confidencialmente como un niño con su buen padre. Si vienes a ofenderle por desgracia, te humillarás inmediatamente ante él, le pedirás humildemente perdón, simplemente le extenderás una mano, y te levantarás del pecado amorosamente sin problemas ni preocupaciones, y seguirás caminando hacia él sin desanimarte” (Tratado de la Verdadera Devoción, nº 215).

La devoción a María es una gracia que Dios da a los que le son queridos, y la Santísima Virgen hará nacer el amor de Cristo en sus corazones.

14 de Agosto: Memoria Litúrgica de san Maximiliano Kolbe, presbítero y mártir

 


San Maximiliano María Kolbe fue hijo de María Dabrowska y de Julio Kolbe, pertenecientes a la Tercera Orden Franciscana, y los cuales tenían en su casa un taller y un pequeño altar con la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Czestochowa, veneradísima patrona de Polonia.

Nació en Polonia el 8 de enero de 1894 en la ciudad de Zdunska Wola, que en ese entonces se hallaba ocupada por Rusia. Fue bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial. Sus hermanos fueron Francisco, José, Valentín y Antonio. Los dos últimos murieron prematuramente.

Aproximadamente en el año 1906, un suceso marca la vida de Maximiliano, y preocupa y desconcierta a su madre. Ella misma relata el suceso a los pocos meses del martirio de Maximiliano. Dice ella: "Sabia yo de antemano, en base a un caso extraordinario que le sucedió en los años de la infancia, que Maximiliano moriría mártir. Solo no recuerdo si sucedió antes o después de su primera confesión. Una vez no me gusto nada una travesura, y se la reproche: Niño mío, ¡quien sabe lo que será de ti!. Después, yo no pensé más, pero observe que el muchacho había cambiado tan radicalmente, que no se le podía reconocer. Teníamos un pequeño altar escondido ente dos roperos, ante el cual él a menudo se retiraba sin hacerse notar y rezaba llorando. En general, tenía una conducta superior a la de su edad, siempre recogido y serio, y cuando rezaba, estallaba en lágrimas. Estuve preocupada, pensando en alguna enfermedad, y le pregunté: ¿te pasa algo? ¡Has de contar todo a tu madre!

Temblando de emoción y con los ojos anegados en lágrimas, me contó: "Mamá, cuando me reprochaste, pedí mucho a la Virgen me dijera lo que sería de mi. Lo mismo en la iglesia, le volví a rogar. Entonces se me apareció la Virgen, teniendo en las manos dos coronas: una blanca y otra roja. Me miró con cariño y me preguntó si quería esas dos coronas. La blanca significaba que perseveraría en la pureza y la roja que seria mártir. Conteste que las aceptaba... (las dos). Entonces la Virgen me miró con dulzura y desapareció".

El cambio extraordinario en la conducta del muchacho, atestiguaba la verdad de las cosas. El tenia plena conciencia, y al hablarme, con el rostro radiante señalaba la deseada muerte de mártir. Este fascinante encuentro de Maximiliano con su "Madrecita" celestial es algo más que un episodio pasajero. Es la raíz de todo su futuro; es el motor de sus amplios planes; es la fuerza para los vuelos más audaces; es el manantial de su santidad y de su apostolado”.


A los 13 años ingresó en el Seminario de los padres franciscanos en la ciudad polaca de Lvov, la cual a su vez estaba ocupada por Austria. Fue en el seminario donde adoptó el nombre de Maximiliano María.

El padre Wilk lo describe así: "era diligente en el cumplimiento de sus deberes, dotado por las matemáticas, obediente a los profesores, servicial con los compañeros, alegre y equilibrado. Rezaba con recogimiento. Un episodio se me grabó por siempre. Entrando en una sala, vi a Maximiliano de rodillas ante una gran cruz, absorto en oración."

Pero de pronto entró la crisis en ambos hermanos. Maximiliano se convenció y convenció a su hermano de abandonar el seminario. Cuando estaban a punto de hablar con el superior, les visita la madre llena de alegría. Orgullosa les cuenta que José, el hermano menor, también entraría en la orden. ¡Además ella y su esposo también tienen vocación religiosa de manera que sería toda la familia Franciscana!.

El 4 de septiembre de 1910 ciñó a su cintura el cordón de San Francisco, y de esa manera comenzó su año de noviciado. ¡Apenas dieciséis años!

En el otoño de 1912, el P. Provincial teniendo en cuenta las excelentes cualidades intelectuales de Fray Maximiliano, dispuso que, junto a otros, siguiera sus estudios de filosofía y teología en Roma, donde los finalizó. Los años romanos serán fecundísimos y decisivos en la vida de Maximiliano. La Virgen lo espera para inspirarle la fundación de La Milicia de la Inmaculada.

En 1918 es ordenado sacerdote.


Regresó a Polonia en el año 1936, siendo director espiritual de Niepokalanów, y luego de 3 años, mientras se daba la Guerra Mundial, fue apresado junto a otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia. Poco tiempo después, el día de la Inmaculada Concepción, es liberado.

En 1941 es nuevamente hecho prisionero y ésta vez es enviado a la prisión de Pawiak, y luego llevado al campo de concentración de Auschwitz, donde prosiguió su ministerio a pesar de las terribles condiciones de vida.

Los nazis siempre trataban a los prisioneros de una manera inhumana y antipersonal, de manera que los llamaban por números; a San Maximiliano le asignaron el número 16670. A pesar de los difíciles momentos en el campo su generosidad y su preocupación por los demás nunca le abandonaron.

El 3 de agosto de 1941, un prisionero escapa; y en represalia, el comandante del campo ordena escoger a 10 prisioneros para ser condenados a morir de hambre. Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos.

"No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos". (Jn 15, 13)

San Maximiliano, que no se encontraba dentro de los 10 prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio.

Luego de 10 días de su condena y al encontrarlo todavía con vida, los nazis le colocan una inyección letal el 14 de agosto de 1941.

De esta manera San Maximiliano María Kolbe da testimonio y ejemplo de dignidad, en medio de la más terrible adversidad.

En el año 1973 el Papa Paulo VI beatifica a San Maximiliano y en 1982 Juan Pablo II lo canoniza como Mártir de la Caridad.

Juan Pablo II comenta la influencia que tuvo San Maximiliano en su vocación sacerdotal:

“Surge aquí otra singular e importante dimensión de mi vocación. Los años de la ocupación alemana en Occidente y de la soviética en Oriente supusieron un enorme número de detenciones y deportaciones de sacerdotes polacos hacia los campos de concentración. Sólo en Dachau fueron internados casi tres mil. Hubo otros campos, como por ejemplo el de Auschwitz, donde ofreció la vida por Cristo el primer sacerdote canonizado después de la guerra, San Maximiliano María Kolbe, el franciscano de Niepokalanów”.


Consagración a la Inmaculada 

"Oh Inmaculada, reina del cielo y de la tierra,
refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima,
a quien Dios confió la economía de la misericordia.
Yo....... pecador indigno, me postro ante ti,
suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y
posesión tuya.

A ti, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades
de mi alma y mi cuerpo, toda la vida, muerte y eternidad.
Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva, para cumplir lo que de ti ha sido dicho:

"Ella te aplastará la cabeza" (Gen 3:15), y también:
"Tú has derrotado todas las herejías en el mundo".
Haz que en tus manos purísimas y misericordiosas
me convierta en instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo,
aumento en cuanto sea posible el bienaventurado
Reino del Sagrado Corazón de Jesús.

Donde tú entras oh Inmaculada, obtienes la gracia
de la conversión y la santificación, ya que toda gracia
que fluye del Corazón de Jesús para nosotros,
nos llega a través de tus manos".

Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa
y dame fuerza contra tus enemigos."


Oración a san Maximiliano Kolbe

¡Oh, San Maximiliano María! Fiel seguidor del Pobrecito de Asís, que encendido en el amor de Dios has pasado tu vida en la asidua práctica de las virtudes heroicas y en las santas obras del apostolado, vuelve tu mirada a nosotros, tus devotos, que confiamos en tu intercesión.

Tu que, irradiado por la luz de la Virgen Inmaculada, atrajisteis innumerables almas hacia los ideales de santidad, llamándoles a toda forma de apostolado para el triunfo del bien y la propagación del Reino de Dios, obténos la luz y la fuerza para obrar el bien atrayendo muchas almas al amor de Cristo.

Tu que, en perfecta imitación del divino Salvador, has alcanzado tan alto grado de caridad para ofrecer, en sublime testimonio de amor, tu vida para salvar aquella de un hermano prisionero, intercede ante el Señor por la gracia que confiadamente te pedimos:

(Mencionar aquí la gracia que se desea alcanzar)

Y, animados por el mismo ardor de caridad, podamos también nosotros con la fe y las obras, dar testimonio de Cristo ante nuestros hermanos, para alcanzar junto a ti, la posesión beatificante de Dios en la luz de la gloria eterna. Amén.