DÍA II
Por la señal de la Santa cruz.
Oración preparatoria diaria.
Madre mía amantísima del Carmen, aquí vengo a vuestra presencia con el más profundo respeto y veneración a ofreceros el ejercicio de este día, que consagro a vos por haberme admitido, a mí, el más miserable de los hombres, entre vuestros hijos predilectos los Carmelitas, para favorecerme con vuestra especial protección y amor. Yo os doy miles de gracias por ello, Madre mía, y os suplico que iluminéis mi entendimiento e inflaméis los efectos de mi corazón, para hacer con verdadero fruto este ejercicio, a fin de que merezca ser recibido por vos como un obsequio de vuestro hijo. Amén
La tradición, los Santos Padres y la Iglesia respecto de la nubecilla
La nubecilla que el profeta Elías vio desde el Carmelo levantarse de las amargas aguas del mar, era figura de la Inmaculada María, Madre del Verbo Humanado, que, como aquélla, alegró toda la tierra, y por ella dió ésta frutos de gracia y santidad. Esta es la tradición constante y universal de todos los pueblos, desde la más remota antigüedad, que ha venido transmitiéndose hasta nosotros de generación en generación, y sabido es la fuerza grandísima e invencible que tiene una tradición universal, constante y de todos recibida. También los Santos Padres y Doctores de la Iglesia, que son los consejeros más fidedignos de ésta y en los cuales ella se apoya en cuestiones de altísima trascendencia, porque son columnas de verdad, son del mismo parecer y afirman unánimes que se le mostró al grande de Elías la Inmaculada Madre de Dios en la figura de aquella pequeña nubecilla que vió desde el Carmelo.
San Metodio, mártir, obispo de Tiro, dice: "Habiendo conocido Elías la pureza de María antes que naciera, siendo arrebatado en espíritu, la imitó y se formó una corona de discipulos que siguieran la misma vida, esto es, la conoció arrebatado en espiritu cuando contempló la nubecilla. Juan, Patriarca de Jerusalén, que floreció en el siglo V y habia sido Prior del monasterio del Monte Carmelo , dice que "Dios reveló a Elías, bajo la figura de la nubecilla, que había de nacer una niña que saldria del vientre de su madre limpia de todo pecado".
San Jerónimo, San Cirilo, San Procopio y San Ambrosio dicen que esta nube era bella figura de Maria, y la misma nube de que habla Isaias. También el P. Pedro Ojeda y el P. Fernando de Salazar, ambos de la Compañía de Jesús, sienten lo mismo, diciendo este último que "aquella pequeña nubecilla, como el vestigio de un hombre, que orando Elias en el Carmelo vió levantarse del mar, no anunciaba más la lluvia que la puridad de María"
Y finalmente, Santo Tomás dice que esta nube significó las purisimas entrañas de Maria . Siendo, pues, una tradición universal, y estando conformes los Santos Padres en este sentir, la Iglesia, regida por el Espíritu Santo, se ha inclinado también á su favor diciendo, por medio de la Sagrada Congregación de Ritos, que "aquella nubecilla que Elias vió en aquel tiempo subir, era una figura insigne y bella de la Virgen Maria" . Asi sienten todos respecto de aquella visión del profeta Elias que fué tan consoladora para él como lo es para todos los Carmelitas.
II
Fue en verdad una gracia muy singular hecha al profeta Elías la revelación de la Virgen Madre de Dios bajo la figura de la nubecilla. Pero también a mí se me presenta la imagen de María, Madre de Dios y Madre mía, bajo diferentes formas; y si el profeta, al reconocer en la Virgen su pureza y santidad, propuso en su corazón imitarla, y de tal manera se encendió en su amor, que la amó hasta formar una familia innumerable como las estrellas del Cielo, para que la amase y honrase perpetuamente, ¿por qué no imito yo la pureza y santidad de esta Virgen, ya que me honro con el hermoso título de hijo suyo, y sé que ella no reconoce por tales sino a los que de veras la aman é imitan sus virtudes? ¿Por no me esmero en grabar fuertemente en mi corazón una devoción sincera y eficaz a la Virgen del Carmen, sabiendo que esta devoción conduce indefectiblemente al puerto de eterna salvación?
Si yo la honro con verdadero afecto, también Dios hará que, como al profeta Elías, se manifieste a mi espíritu esta Señora y Madre mía para indicarme las sendas que conducen a la patria de dicha y de ventura. Pero si descubriendo su imagen la miro con indiferencia y no procuro mover mi corazón con afectos, ¡ah! entonces también resistirá ella, y con profundo pesar de su corazón exclamará: "Estos hijos me honran con los labios, pero su corazón está lejos de mí." Quiero, pues, corresponder a esta tierna Madre, venerándola con toda solicitud é imitándola en sus virtudes
Oración final para todos los días
Gloriosísima Virgen, Reina de los Ángeles, Madre de Dios y de los Carmelitas, María Santísima, yo el más indigno de vuestros hijos acudo a vuestras plantas con el afecto que me inspira vuestro amante corazón y la confianza que me da en santo escapulario, prenda vuestra riquísima y señal de mi salvación, para presentaros las suplicas y afectos que mi corazón ha formado en este día en obsequio vuestro para más amaros y mejor serviros. Vos como Madre de Dios y dispensadora de todas las gracias del cielo, todo lo podéis, y como Madre amante y especial de los que visten vuestro santo escapulario, no os negareis a recibir mis pobres suplicas y alcanzarme el remedio de mis necesidades, la gracia de que mi alma os ame y sirva cada día más durante mi vida y después merezca ser ayudado de vos en la hora de mi muerte.
Pídase ahora con toda confianza la gracia que se desea alcanzar de la Virgen del Carmen
EJEMPLO
Refiere nuestra gloriosa Madre Santa Teresa de Jesús, que cuando fué elegida por el Visitador Apostólico de Castilla Priora del monasterio de la Encarnación de Ávila después de haber comenzado la Reforma, la primera vez que convocó a las monjas a capítulo, mandó colocar en la silla prioral del coro una imagen de relieve de Nuestra Señora, ofreciéndola con singular humildad las llaves de la casa, dando a entender à las súbditas que la Virgen Santísima seria la Priora y la que gobernaría la casa, y no Teresa de Jesús. Cuánto agradó a la Virgen está acción, lo declara la misma Santa con estas palabras:
"La víspera de San Sebastián, el primer año que vine al Monasterio de la Encarnación a ser Priora, comenzando la Salve, vi en la silla prioral adonde está puesta nuestra Señora, bajar con gran multitud de Ángeles a la Madre de Dios y ponerse alli á mi parecer: no vi la imagen entonces, sino esta Señora que digo. Parecióme se parecia algo á la imagen que me dió la Condesa, aunque fué de presto el poderla determinar por suspenderme luego mucho. Parecianme encima de las coronas de las sillas y sobre los antepechos muchos Antgeles, aunque no con forma corporal, que era visión intelectual. Estuvo asi toda la Salve y dijome: Bien acertaste en ponerme aqui, yo estaré presente a las alabanzas que hicleren a mi Hijo y se las pre- sentaré."
Por aquel obsequio mereció la Santa la aprobación de la Madre de Dios y su asistencia para recibir las súplicas y alabanzas de sus hijas.
Obsequio. Al pasar por delante de alguna Imagen de María, saludarla con una pequeña inclinación de cabeza, diciendo "Ave, María purísima, sin pecado concebida."
Sentencia. Vida eterna Honrar a María es atesorar la vida eterna.
Oremus
Deus, qui Beatissimae semper virginis, et genitricis tuae Mariae singulari título Carmeli ordinem decorasti: concede propitius, ut cujus hodie commemorationem solemni celebramus officio, ejus muniti presidiis ad gaudia sempiterna pervenire mereamur. Qui vivis, et regnas in secula seculorum. Amen.