Durante el siglo XVI y los siguientes, el pueblo del Vietnam escuchó el mensaje evangélico, predicado, en primer lugar, por misioneros pertenecientes a diferentes Ordenes religiosas. El pueblo vietnamita recibe la predicación de los misioneros con gran piedad y alegría. Pero no tardó en sobrevenir la persecución.
Durante los siglos XVII, XVIII y XIX muchos vietnamitas fueron martirizados, entre los cuales se cuentan obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, catequistas de uno y otro sexo y hombres y mujeres laicos de distintas condiciones sociales.