> SoydelaVirgen : 09/27/20

--------------------------------------------- San Martin de Tours y La Virgen de los Buenos Aires / La Inmaculada Concepción y San Ponciano | Patronos de la Ciudad de Buenos Aires / Patronos de la Ciudad de La Plata -----------------------

MES DE SEPTIEMBRE: 27° Día de la Mes de la Virgen de los Dolores

 


MES DE SEPTIEMBRE CONSAGRADO A LOS SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

ORACIÓN DE PREPARACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios y Señor mío, que por el hombre ingrato os hicisteis también hombre, sin dejar por eso la divinidad, y os sujetasteis a las miserias que consigo lleva tal condición; a vuestros pies se postran la más inferior de todas vuestras criaturas y la más ingrata a vuestras misericordias, trayendo sujetas las potencias del alma con las cadenas fuertes del amor, y los sentidos del cuerpo con las prisiones estrechísimas de la más pronta voluntad, para rendirlos y consagrarlos desde hoy a vuestro santo servicio. Bien conozco, dueño mío, que merezco sin duda alguna ser arrojado de vuestra soberana presencia por mis repetidas culpas y continuos pecados, sepultándome vuestra justicia en lo profundo del abismo en castigo de ellos; más la rectitud de mi intención, y el noble objeto que me coloca ante vos en este afortunado momento, estoy seguro, mi buen Dios, Dios de mi alma, suavizará el rigor de vuestra indignación, y me hará digno de llamaros sin rubor.... Padre de misericordia.

No es esta otra más que el implorar los auxilios de vuestra gracia y los dones de vuestra bondad para que, derramados sobre el corazón del más indigno siervo de vuestra Madre, que atraído por su amor y dulcemente enajenado por su fineza viene a pedir esta merced, reflexione y contemple debidamente sus amargos dolores, y causarla de esta manera algún alivio en cuanto sea susceptible con esta ocupación y la seria meditación de mis culpas. Concededme, Señor, lo que os pido por la intercesión de vuestra Madre, a quien tanto amáis. Y vos, purísima Virgen y afligidísima Reina mía, interponed vuestra mediación para que vuestro siervo consiga lo que pide. Yo, amantísima Madre de mi corazón, lo tengo por seguro de vuestra clemencia; porque sé que todo el que os venera alcanzará lo que suplica, y. aunque este en la tribulación se librará de ella, pues no tenéis corazón para deleitaros en nuestras desgracias, y disfrutáis de tanto poder en el cielo que tenéis el primado en toda nación y pueblo ¡Feliz mil veces acierto a conseguir vuestras gracias para emplearme en tan laudable ejercicio! Derramad, Señora, sobre mí vuestras soberanas bendiciones; muévase mi alma a sentimiento en la consideración de vuestros santísimos dolores; inflamese mi voluntad para amaros cada vez más. Entonces sí que os podré decir: "Oh Señora, yo soy tu siervo" Consiga yo, en fin, cuanto os pido, siendo para mayor honra de Dios y gloria vuestra, como lo espero, consiguiendo seguro la salvación de mi alma. Amén.

DIA XXVII

Oh Madre mía amabilísima, ya espiró vuestro querido Hijo! ¿Qué cosa habrá en el mundo que os pueda consolar, si os falta el que es gozo y admiración de los ángeles? ¿Qué lágrimas serán suficientes para desahogar vuestra pena? ¿Qué dolor tan penetrante atravesará vuestra alma, si las cosas insensibles dan muestras del más funesto quebranto? Yo, Señora mía, con la reflexión os he estado acompañando en todos los pasos de esta trágica escena, pero en ninguno siento tanta conmoción. Subid venid, pecadores, a este santo monte daos prisa a recopilar los tormentos de vuestro Redentor y los dolores de su Madre miradlos todos compendiados en ese funesto cuadro.... ved la sangre que, esparcida por todas partes, todavía está humeando advertid cuidadosamente la transformación ocurrida, el sol retirando sus luces no la quiere presenciar, la luna se oculta, las estrellas se retiran, la tierra tiembla, se parten las piedras, y Pero ¿qué os parece que pretendo cuando aquí os llamo para ser testigos de tanto horror?

¡Ahí Ya me habréis comprendido, pues me parece os hallo enternecidos al ver aun tan inocente cordero sacrificado con tanta barbarie Mas ¡ay! esperad por Dios un momento oídle, que su voz muda os habla con amor y os dice "Convertíos a mí de todo corazón, pecadores ¿He podido hacer más por vosotros que no haya hecho? Pues ¿dónde está la retribución y el agradecimiento? ¿Por qué no os resol veis a dejar las culpas y os convertís de veras a mí? ¿Desconfiáis acaso de mi bondad y clemencia?... ¿Cuándo, decidme, cuándo me buscó el que me ofendió y no me ha encontrado? ¡Dígalo la Magdalena... que lo publique Pedro testifíquelo el buen ladrón que conmigo está aquí crucificado háganlo patente tantos semejantes a éstos que disfrutaron de mi amistad y perdón! Si no ¿para qué hubiera yo sido puesto en esta cruz y padecido tanto en mi vida? ¿Para qué hubiera yo abierto mis brazos y derramado mi sangre, sino para lavar tu pecado y recibirte en ellos? ¿Conoces, infeliz, todas estas poderosas razones? ¡Bien veo me dirás que no! Porque entonces, desgraciado, ¿es este el pago que me das y la correspondencia que me muestras? ¿Por qué me dejas y abandonas por un vil deleite?...

Compárale con lo mucho que me costaste y verás cuán inferior es ¿Es posible que siendo yo la fuente de la vida eterna no quieras beber sin interés alguno mis aguas vivas, excavando corrompidas y disipadas cisternas de vicios para satisfacerte? ¿Me oyes, pecador? ¿Has escuchado mis amorosas quejas? Pues si me oíste que te llamaba y no me quisiste responder; si te di mi consejo y extendí mi mano sobre ti y no le quisiste recibir llegará la hora de tu muerte, y me reiré de ti y te desecharé de mi presencia ¡Qué fuerza, alma mía, tienen las razones que desde la cruz nos hace el Salvador! ¿Cómo ha de caber disculpa alguna?

¡O Madre mía! Por lo tanto, convencido de esta verdad y depuesta la ingratitud de mi corazón, determino y os pro pongo volverme a mi Dios de todo corazón, porque es Padre de misericordia, y con el mayor placer recibirá a otro pródigo reconocido y contrito, borrando mi iniquidad y restituyéndome a su gracia. Nada habrá que me aparte de esta resolución. Así, Madre afligida, espero consolaros, y que al mismo tiempo os convenceréis de mis deseos de serviros con la mayor fidelidad.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS.

¿Por qué, o Dios mío, no he de daros las más humildes gracias, cuando en esta breve consideración os habéis dignado comunicar a mi alma los importantísimos conocimientos de unas verdades que tan olvidadas y menospreciadas tenía por mi abandono y necedad? ¿Por qué no he de concluir este saludable ejercicio rindiéndoos las más profundas alabanzas, cuando en él siento haberse encendido en mi corazón la llama del amor divino, que tan amortiguada es taba por un necio desvarío y por una fatal corrupción de mi entendimiento? Y pues que vos, que sois la verdad infalible y el verdadero camino que conduce a la patria celestial, habéis tenido a bien de comunicar a mi alma los efectos propios de vuestro amor, con los que puedo distinguir lo cierto é indudable que me sea útil a la salvación, y lo falso y mentiroso que me precipitará a mi perdición, por tanto, Señor, quiero aprovecharme desde este momento de tan divinas instrucciones, para caminar con libertad y seguridad entre tantos estorbos y peligros como me presenta este mundo miserable, y de este modo llegar más pronto a unirme con vos. Consígalo así, Virgen Santísima, para vivir compadeciéndome de vuestros dolores y aflicciones, y cumpliendo la promesa que os hice de ser siervo vuestro. Esta sea mi ocupación, estos mis desvelos y cuidados en este valle de lágrimas, porque así después disfrute en la celestial Jerusalén de vuestra compañía, en unión de tantos fieles Servitas que recibieron ya el premio de vuestros servicios, reinando a vuestro lado por los siglos de los siglos. Amen.