Nazaria Ignacia March Mesa nació el 10 de enero de 1889, en Madrid (España), en el seno de una familia obrera con la que, debido a los problemas económicos que atravesaban, se trasladó a México. Allí inició su vida religiosa: pronto ingresó a la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y tomó el nombre de Nazaria de Santa Teresa.
En 1912, como primera misión, fue enviada a Oruro (Bolivia) lugar en el que permaneció 12 años, los que dedicó al cuidado de ancianos. Tiempo después, en 1920, durante sus ejercicios espirituales Nazaria sintió un llamado interior que la llevó a fundar una nueva congregación religiosa que portaría el estandarte de la Cruz.
Tras ese grito interior, el 16 de junio de 1925 dejó la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y fundó la Congregación de Misioneras de la Cruzada Pontificia. Las religiosas que se unían a ella debían emprender una cruzada de amor en torno a la Iglesia y tenían la misión de realizar actividades pastorales en las escuelas.
Para 1931, Nazaria fue elegida superiora general de la Congregación y encabezó la misión de llevar el mensaje que profesaban en Bolivia, Argentina, Uruguay y España. Nunca dejó de crecer: actualmente tiene presencia en 21 países de los cuatro continentes.
Pero la misión de Nazaria no atendía solo cuestiones de fe sino que amparó a su rebaño desde los derechos: en 1933 organizó a las mujeres de los mercados y comercios de Oruro para formar el primer sindicato obrero femenino de Bolivia.
Poco después regresó a España, de donde casi no regresa. En 1936, durante la Guerra Civil, fue apresada junto a varias de sus compañeras. Iban a ser castigadas por su condición de religiosas, sin embargo, gracias a la mediación de los consulados de Argentina y Uruguay fueron deportadas.
Nazaria fue trasladada a Argentina y vivió en el barrio Villa Pueyrredón donde continuó con su labor y levantó una parroquia donde hasta la fecha se la venera. Murió en Buenos Aires el 6 de julio de 1943. Su cuerpo fue trasladado a Oruro en 1972, como pidió antes de su muerte.
Las personas que la conocieron dejaron testimonio de cómo era y qué decía: "Ella visitaba a los enfermos por las tardes. Era increíble la atracción que ejercía sobre grandes y chicos. En el trayecto se le acercaban mujeres a pedirle consejos. Había que ver a los niños… venían como enjambres de abejas, se apiñaban a besarle la cruz, sus manos, el hábito. Con los más pobres era más amable y a todos invitaba al hogar.
El 13 de octubre de 2018 el Papa Francisco la Canonizó y en 1992, el papa Juan Pablo II la había beatificado en Roma.
Oración a santa Nazaria Ignacia March Mesa
¡Santa Nazaria Ignacia!
Damos gracias a la Santísima Trinidad por haber puesto en ti su predilección y haberte hecho para nosotros, modelo de discípula misionera, consagrada al servicio del Reino del Padre, testigo de la alegría de Cristo
en el sufrir, servir y amar a los hermanos.
Intercede al Padre de la misericordia
la gracia del amor incondicional a nuestra Iglesia,
de la comunión y unidad con nuestros pastores y todos los bautizados, del servicio a los hermanos más pobres y necesitados, de la pasión por la justicia y la dignidad de todos sus hijos, de manera especial por los más pequeños y marginados.
Pide para nosotros el don de una fe firme,
la alegría del encuentro con el Hijo Jesús,
el ardor misionero al servicio de la Buena Noticia,
la fortaleza en las dificultades e incomprensiones
y un corazón abierto a los que están lejos.
Santa Nazaria Ignacia, a ejemplo de María Reina de los Apóstoles, muéstranos el camino a Jesús,
haznos misioneros de la Alegría del Evangelio,
intercede para la Iglesia el don de las vocaciones consagradas y escucha las invocaciones de quienes, confiados, acudimos a ti. Amén.
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