
La Fiesta universal de Santa Rosa de Lima (1586-1617), patrona de Perú, América y las Filipinas, se celebra el 23 de agosto. Sin embargo, en el Perú, su país natal, su fiesta se celebra el 30 de agosto.
Nacida en Lima, Perú, en 1586, casi un siglo después del descubrimiento del Nuevo Mundo, Isabel Flores de Oliva es la primera flor de santidad producida por América.
Sus padres, españoles pobres que se habían establecido en el Virreinato del Perú, le dieron una educación cristiana y le hablaron sobre la vida de Santa Catalina de Siena, a quien siguió fielmente como un modelo de vida religiosa. Fue su propia madre quien, después de haber visto una rosa en su cuna, le dio el nombre de Rosa.
Se consagró al Divino Esposo a la edad de cinco años. Tomó el hábito de terciario dominico porque no había ningún convento dominico femenino en la ciudad. Vivía como un ermitaño en el jardín de sus padres, donde se entregaba a la oración y a la mortificación mediante el ayuno y la laceración. Su influencia fue inmensa, tanto por las gracias místicas que recibió como por su caridad para con los enfermos, los niños abandonados, los pobres y los ancianos.
Sus sufrimientos y su vida penitencial los ofrecía para la Iglesia y la ciudad, para las almas del purgatorio y la conversión de los pecadores. Santa Rosa tenía una sensibilidad particular hacia las almas que se pierden luego de haber sido rescatadas a un gran precio por la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Lloraba por el destino de los chinos, los turcos y de las sectas heréticas que desgarraban a Europa: luteranos, calvinistas, anabautistas, anglicanos...
Entregó su alma a Dios el 29 de agosto de 1617, a la edad de 31 años.
En medio de los sufrimientos a causa de su débil salud, Rosa oraba así: “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”.
En 1617, el Domingo de Ramos, ocurrió su “desposorio místico”. Mientras oraba delante de la Virgen del Rosario, el Niño Jesús le dijo: “Rosa de mi Corazón, yo te quiero por esposa”. Ella le respondió: “Señor, aquí tienes a tu inútil esclava; tuya soy y tuya seré para siempre".
Hoy, en la Iglesia de Santo Domingo, en el centro de Lima, se conserva la loseta sobre la cual estaba de pie la santa cuando sucedió su desposorio.
Santa Rosa de Lima murió el 24 de agosto de 1617 a los 31 años. Los funerales movilizaron a toda la ciudad. Entre los asistentes estuvieron altas autoridades eclesiásticas, políticas y el Virrey de España. Pero no solo ellos, estaba el pueblo que pugnaba por entrar a la casa de los de la Maza al grito de “santa, santa”. Muchas personas se acercaron al féretro en el que yacía su cuerpo para arrancar un trocito de su hábito y preservarlo como reliquia. Otras tuvieron que ser dispersadas por la guardia del Virrey porque llegaron hasta arrancarle un dedo del pie.
Santa Rosa fue sepultada inicialmente en el claustro del Convento de los Dominicos, pero su cuerpo tuvo que ser trasladado a la capilla Santa Catalina de Siena en la iglesia del Rosario. Su cráneo se encuentra hoy en la iglesia de Santo Domingo -ubicada a unos pasos de la Plaza de Armas de Lima- junto a los cráneos de San Martín de Porres y San Juan Macías.
Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera santa de América. El mismo Pontífice la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales. "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones", dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.
En 1992 San Juan Pablo II expresó que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.

Oración a Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima, Patrona de nuestro continente
Latinoamericano, que es la esperanza de la humanidad
y la esperanza de la Iglesia. Como amiga de Jesús
y amiga entrañable de los hombres y mujeres
de tu tierra bendita, te rogamos le presentes al Señor nuestras necesidades de hoy:
Hay hambre de pan en muchos hogares
Hay hambre de verdad en muchas mentes
cansadas y confundidas.
Hay hambre de amor y de ternura en muchos corazones.
Primeras flor de Santidad de América: haz que al mirar
tu ejemplo de vida de oración y de abnegado sacrificio
a los demás, los jóvenes descubran el amor a Cristo y
su vocación de servicio a los hermanos; los pobres y
marginados de nuestro pueblo sientan el amparo de tu
protección; los enfermos experimenten la fuerza
que brota de la Cruz. Que la familia latinoamericana
enraizada en una misma fe católica llegue a la morada
del Reino de los Cielos. Amén.

Oración a santa Rosa de Lima
Oh esclarecida Virgen, Rosa celestial, que con el buen olor de vuestras virtudes habéis llenado de fragancia a toda la Iglesia de Dios y merecido en la gloria una corona inmarcesible; a vuestra protección acudimos para que nos alcances de vuestro celestial Esposo un corazón desprendido de las vanidades del mundo y lleno de amor divino.
¡Oh flor la más hermosa y delicada que ha producido la tierra americana!, portento de la gracia y modelo de las almas que desean seguir de cerca las huellas del Divino Maestro, obtened para nosotros las bendiciones del Señor. Proteged a la Iglesia, sostened a las almas buenas y apartad del pueblo cristiano las tinieblas de los errores para que brille siempre majestuosa la luz de la Fe y para que Jesús, vida nuestra, reine en las inteligencias de todos los hombres y nos admita algún día en su eterna y dichosa mansión. Amén.

Oración a santa Rosa de Lima
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú
que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso.
Que despreciaste las vanidades del
mundo para abrazarte a su cruz desde
tú más tierna infancia.
Que profesaste una gran ternura y
dedicación a los más desvalidos
sirviéndolos como al mismo Jesús.
Que amaste con filial devoción a la Virgen María.
Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo,
podamos gozar de tu protección
en la tierra y de tu compañía en el cielo. Amén.
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