
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar
por Jesucristo, tu Hijo amado.
Te bendecimos, Padre Santo,
porque has revelado a Teresa del Niño Jesús
los misterios del Reino de los cielos;
en su vida, humilde y escondida,
has dado a conocer a los hombres
el Evangelio de tu amor misericordioso;
en ella brilla, con la fuerza misteriosa de tu Espíritu,
la fecundidad de la oración y el sacrificio
para la edificación de tu Iglesia en todas las naciones.
Por eso, con los ángeles y los santos,
te aclamamos llenos de alegría
y cantamos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
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