DÍA XIX
Por la señal de la Santa Cruz. Señal de la Cruz.
Oración inicial
Madre mía amantísima del Carmen, aquí vengo a vuestra presencia con el más profundo respeto y veneración a ofreceros el ejercicio de este día, que consagro a vos por haberme admitido, a mí, el más miserable de los hombres, entre vuestros hijos predilectos los Carmelitas, para favorecerme con vuestra especial protección y amor. Yo os doy miles de gracias por ello, Madre mía, y os suplico que iluminéis mi entendimiento e inflaméis los efectos de mi corazón, para hacer con verdadero fruto este ejercicio, a fin de que merezca ser recibido por vos como un obsequio de vuestro hijo. Amén.
¿Cómo se ha de entender las palabras de la virgen: "el que muera con el santo escapulario no se condenará"?
I
He aquí una promesa admirable que, por la trascendencia que entraña y la sencillez encantadora con que se anuncia, ha sido de diferentes maneras interpretada por los autores para explicarla a los fieles. Rechazada por los enemigos del catolicismo como injuriosa a la mediación de Jesucristo, y sujeta al examen particular de los creyentes para darle interpretación, ha parecido algunos demasiado atrevido exponerla con la desnudez con que se presenta, por creer que fomentar la libertad de la flaqueza humana, mientras otros no le conceden más importancia que la que tienen la mayor parte de los objetos de piedad y devoción qué bendice la iglesia para uso de los fieles. Por eso, algunos que no pudieron desconocer el valor de ese incomparable promesa, para concordar opiniones añadieron el "píe" que no salió de los labios de la virgen, pareciendoles dura esa palabra de María, no atendiendo al poder y misericordia de aquella señora que quiere consolar con esa promesa a los que se consagran a su servicio como hijos de predilección.
¿Como hemos de entender esta promesa?, ¿Qué valor y sentido hemos de dar a las palabras de la virgen?
El mismo que ellas tienen. ¿Por qué hemos de interpretar lo que está más claro que la luz del día? ¿Quién será tan osado qué quiera poner obstáculos y señalar límites a la madre de Dios, cuando quiere ostentar su misericordia en favor de sus hijos? ¿No ha dicho el venerable La Colombiére, que "está cariñosa madre no ha puesto límites a la esperanza de sus hijos, que la promesa que ella les ha hecho no incluye ninguna condición, y que se ha obligado a darles todos los medios y la salvación que se puede tener en esta vida, y que si perseveran en su servicio, perseveraran también en la gracia"? ¿No ha dicho el gran Bossuet, que " se debe creer fácilmente todo aquello que es ventajoso a la virgen santísima, cuando no es contrario a la fe"? ¿Y qué posición hay aquí con el dogma? Ninguna. Es de fe que el que muere en pecado mortal se condena, porque está privado de la divina gracia y echó enemigo de Dios; pero esto no sucederá al que muera revestido con el escapulario del Carmen, pues como ha dicho un sabio autor , "no se ha visto un escapulario en el infierno", Porque aquella reina del cielo cuyo poder no tiene límites, sabrá hallar algún medio de salvación para que no falte su promesa; porque de lo contrario, sería obrar muy neciamente prometer una cosa sin prever las dificultades capitales que surgen de ella, y esto no se consigue en la madre de Dios. Clara y netamente ha dicho: " el que muera con el escapulario, no se condenará" y así debemos entenderlo; pues una promesa tan formal de la madre de Dios, que se ha visto después confirmada con tantos milagros que son el sello con que manifiesta aprobar Dios las obras de su misericordia, no puede ser hija de la indiscreción o ignorancia, porque esto no cabe en la Reina de los Ángeles, y cuando ella ha dado su palabra, sabrá cumplirla aunque al pobre parecer humano se le presenten montes de dificultades. ¡Dichoso el corazón que adornado con el santo Escapularlo abriga tan dulce esperanza!
II
Abre tus labios y entona himnos the loor y gracias a la madre del Carmelo, porque grande es como la inmensidad de los mares su misericordia y amor, según se manifiesta en el privilegio y gracia singular que nos ha hecho. "Si este hombre no viniera de Dios, decía El ciego de nacimiento, no podría obrar tal milagro;" y nosotros podemos decir: si está promesa tan admirable y consoladora nos viniera de Dios, ni la virgen la hubiera promulgado, me hubiera producido efecto; pero, para animar tu fe y para consuelo de tu corazón, ha querido comprobar la virgen su palabra con una infinidad de milagros que al mismo tiempo que sacaste de tu pecho toda duda, despertarse en en tu corazón la gratitud por un favor que no tiene igual y qué tan graciosamente te ha hecho María.
No sea, pues, la bondad de tu madre motivo para endurecer tu corazón con La indiferencia o el vicio, porque nadie sabe lo que pensara mañana, y el que es ingrato a los beneficios de Dios, es abandonado del señor a su réprobo sentido; sino que como escogido de Dios y señalado por la virgen Para ocupar un lugar en la gloria, debes formar tu corazón, haciendo que resplandezca en las virtudes que han de hacer tu corona en el cielo. Saluda, pues, con verdadero afecto aquella patria, cuya posesión te garantiza María por medio de su santo escapulario, y bendice la mano de tu madre, que te escoge de entre la multitud para adornar te con el vestido nupcial qué te franqueara las puertas del cielo, por qué " el que muere con el santo escapulario no se condenará"
Oración final
Gloriosísima Virgen, Reina de los Ángeles, Madre de Dios y de los Carmelitas, María Santísima, yo el más indigno de vuestros hijos acudo a vuestras plantas con el afecto que me inspira vuestro amante corazón y la confianza que me da en santo escapulario, prenda vuestra riquísima y señal de mi salvación, para presentaros las suplicas y afectos que mi corazón ha formado en este día en obsequio vuestro para más amaros y mejor serviros. Vos como Madre de Dios y dispensadora de todas las gracias del cielo, todo lo podéis, y como Madre amante y especial de los que visten vuestro santo escapulario, no os negareis a recibir mis pobres suplicas y alcanzarme el remedio de mis necesidades, la gracia de que mi alma os ame y sirva cada día mas durante mi vida y después merezca ser ayudado de vos en la hora de mi muerte.
Pídase ahora con toda confianza la gracia que se desea alcanzar de la Virgen del Carmen
EJEMPLO
La promesa que la Virgen del Carmen a hecho, que no se condenará el que muriera con el santo escapulario no debe ser motivo para qué algunos se entregue al vicio del pecado, confiando que el escapulario le salvará. Refiere el P. La Colombiére qué un hombre había intentado varias veces ahogarse en las aguas del mar, pero que siempre veía inútiles sus esfuerzos, y no sabiendo a qué atribuir este acontecimiento tan prodigioso, advirtió que llevaba en el cuello el escapulario y se persuadió de qué era él el obstáculo qué se oponía a su funesto intento. El desdichado arranco entonces el escapulario de su pecho, que era el que guardaba su cuerpo y su alma, y arrojándolo fuera se hundió en las aguas por la cuarta o quinta vez, y las mismas olas que hasta entonces le habían levantado a pesar suyo, le sepultaron y lograron en un momento.
El murió con su pecado y murió pecando,pero no pudo morir sino después de haberse despojado del vestido de salud, del santo escapulario, con el cual, añade el piadoso y sabio jesuita, nadie puede expirar sin tener la ventaja de evitar el fuego eterno: " in quo quis moriens æternum non patietur incendium.
Obsequio. Procurar vivir siempre como buen Carmelita, para que se cumpla en nosotros La promesa de María.
Sentencia. Acordamos, Oh María, de la palabra que habéis dado a vuestro siervo, la cual es toda mi esperanza. (Salmo CXVIII)
Oremus.
Deus, qui Beatissimae semper virginis, et genitricis tuae Mariae singulari titulo Carmeli ordinem decorasti: concede propitius, ut cujus hodie commemorationem solemni celebramus officio, ejus muniti presidiis ad gaudia sempiterna pervenire mereamur. Qui vivis, et regnas in secula seculorum. Amen.
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